Le guste o no, Jerome Powell está llamado a ser el tipo duro empeñado en vencer a la inflación, incluso ignorando el calendario político, así que va con todo y de frente con el alza de tasas de interés, aunque eso implique afrontar las presiones de propios y extraños.
En su discurso durante un simposio en el Riksbank (el banco central de Suecia), el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos señaló que estabilizar los precios requiere tomar decisiones difíciles que pueden ser políticamente impopulares.
Ahí mismo, ya en sesión de preguntas y respuestas, aseveró que asumirá el costo político de subir las tasas de interés para contener la inflación en su país. ¿Así o más claro?
La estabilidad de precios es la base de una economía sana y proporciona al público beneficios inconmensurables a lo largo del tiempo –explicó–, y restaurar esa estabilidad en un tiempo en que la inflación es alta puede requerir medidas que no son populares a corto plazo cuando suben los tipos de interés para frenar la economía.
“La ausencia de un control político directo sobre nuestras decisiones nos permite tomar estas medidas necesarias sin tener en cuenta factores políticos a corto plazo”, subrayó el líder de la Fed, el banco central más importante del mundo.
Donald Trump destrozó a la Fed
Mientras que las críticas a las acciones de la Reserva Federal por parte de los líderes electos a menudo se hacen en tonos más tranquilos, la Fed de Powell se ha enfrentado a la oposición vocal de ambos lados del pasillo.
El expresidente Donald Trump, por ejemplo, atacó al banco central cuando subió las tasas durante su administración. Hoy, los demócratas han criticado la actual ronda de alzas, en tanto que el presidente Joe Biden se ha limitado a decir que hacer frente a la inflación es responsabilidad principalmente de la Fed. ¡Sí, él se lava las manos!
Powell ha dicho en repetidas ocasiones que los factores políticos no han pesado en sus acciones, y aunque eso no sea del todo cierto, sí hay que tomarlo en serio.
Ben White, editor de Político, opina que aunque el líder de la Fed se ha esforzado por mantener el apoyo de la Casa Blanca y de ambos partidos, ahora corre el riesgo de enfadar a ambas partes: a los demócratas, si una recesión económica les cuesta el control de Washington, y a los republicanos, si flaquea ante una agresiva campaña de subidas de tipos después de esperar tanto tiempo para atajar la inflación.
La gente que lo conoce asegura que Powell espera recibir críticas haga lo que haga –sobre todo de los demócratas, preocupados porque las subidas de tipos y los rumores de recesión perjudiquen sus posibilidades en las elecciones presidenciales de 2024–, pero que está preparado para ello.
Según esas mismas personas, a Powell no le importará recibir un golpe en la aprobación pública si eso significa pasar a la historia por vencer a la inflación sin crear múltiples recesiones, como hizo hace cuatro décadas al mando de la Fed Paul Volcker, para frustración del entonces presidente Ronald Reagan.
También se dice que Powell es consciente de que los riesgos de cometer un error son elevados, pero considera que el mayor peligro es no hacer lo suficiente en lugar de hacer demasiado, y esto confirma que está dispuesto a enfrentar la presión política y ciudadana.
Y es que lo que realmente tienen que hacer los políticos en el ámbito fiscal, esto es, reducir el gasto público, ¡no lo van a hacer!
Así que le van a dejar toda la tarea a la Fed en Estados Unidos –y al Banco de México (Banxico) en nuestro país–. Powell lo sabe, y es por ello que se inclinará por subir las tasas más de lo esperado, aunque eso implique desacelerar la economía y provocar una gran recesión con alta inflación y, sobre todo, caídas y sufrimiento en los mercados financieros.
Esta semana que los datos de inflación al cierre de 2022 han confirmado que las presiones alcistas en los precios continúan disminuyendo, las bolsas de valores, las criptomonedas y otros activos saltaron de júbilo confiando en que la Fed no tardará en detener su escalada de tasas. ¡Pero están equivocados!
Ya sea en Suecia, en la Unión Americana o adonde quiera que va, Powell ha sido muy elocuente para quien lo quiere ver: no se detendrá hasta causar una profunda recesión que mate la inflación de manera definitiva, y de eso estamos todavía muy lejos. Tómelo en cuenta y tenga cuidado con sus decisiones de inversión.