El bienestar depende de los bienes y servicios de los que se dispone para satisfacer necesidades, mismos que hay que pagar, para lo cual hay que generar ingresos, para lo cual hay que tener trabajo, lo cual depende de la inversión directa (ID), que se destina a producir bienes y servicios, crear empleos (para producir alguien debe trabajar), y generar ingresos (a quien trabaja se la pega por hacerlo), de la cual es una parte importante la inversión fija bruta (IFB), que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo. ¿Cómo andamos en la materia?
En 2022 la IFB creció, en comparación con 2021, 7.49%. En 2023 creció, comparando con 2022, 19.71%, 12.22 puntos porcentuales más, el 163.15%, importante repunte en la IFB que se explica, en buena medida, por las oportunidades del nearshoring para México, que ojalá reforcemos con el friendlyshoring, desde el punto de vista del discurso gubernamental, que no es favorable a la empresa privada, y con el secureshoring, desde el punto de vista del marco jurídico de la economía, que no es favorable a la libertad individual para emprender y a la propiedad privada sobre los medios de producción.
Sí, en términos generales, el resultado del 2023, en materia de IFB, fue bueno, pero, a partir de septiembre, con tendencia hacia un menor crecimiento. En agosto la IFB creció 28.2% (el mayor crecimiento para cualquier mes de 2023); en septiembre, 23.4%; en octubre, 24.3%; en noviembre, 19.4%; en diciembre, 15.4%. El crecimiento de diciembre fue 12.8 puntos porcentuales menor que el de agosto, el 45.39%. ¿Estamos apuntalando las oportunidades del nearshoring con friendlyshoring y secureshoring? No.
El fin de la economía debe ser el bienestar de las personas que, como lo escribí en el primer párrafo de esta columna, depende de los bienes y servicios de los que se dispone para satisfacer necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar. ¿Cómo vamos en lo relacionado con la compra de satisfactores?
En 2022, según el consumo privado (CP), que mide la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, excluyendo objetos lujosos y bienes inmuebles, en comparación con 2021, el CP creció 5.27%. En 2023, comparando con 2022, el crecimiento fue 4.37%, 0.9 puntos porcentuales menos, el 17.08%.
Este fue, en los últimos cinco meses de 2023, el crecimiento del CP: agosto, 4.6%; septiembre, 5.3% (mayor); octubre, 4.8% (menor); noviembre, 6.0% (mayor); diciembre, 5.6% (menor). No hubo una tendencia definida, ni a la alza, ni a la baja.
Del CP llama la atención el comportamiento de la compra de satisfactores de origen importado. En diciembre el CP general creció, en comparación con diciembre de 2022, 5.6%. El CP de bienes de origen nacional creció 1.7%, 3.9 puntos porcentuales menos, el 69.64%. El de bienes de origen importado registró un crecimiento del 34.1%, 28.5 puntos porcentuales más que el general, el 508.93%, consecuencia, en buena medida, de la apreciación del peso frente al dólar, de la baja del precio del dólar en términos de pesos y, por ello, de la baja, en términos de pesos, del precio de los productos importados. En 2023 el tipo de cambio pasó de 19.47 pesos por dólar a 16.92, lo cual dio como resultado una apreciación del peso frente al dólar de 2.55 pesos, el 13.11%.
Así las cosas, el año pasado, en materia de inversión y consumo.
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