Inversión Directa, de mal en peor

Si tuviera que elegir, para diagnosticar las condiciones generales de una economía, una de las muchas variables disponibles, esta sería la Inversión Fija Bruta (IFB), que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, proporcionando la infraestructura física para la producción de bienes y servicios, siendo parte esencial de la Inversión Directa (ID), que es la que produce bienes y servicios, crea empleos y le permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingreso. Todo esto –producción, empleo, ingreso– depende de la ID, de la cual forma parte importante la IFB. Por ello preocupa su reciente desempeño.

Según los datos más recientes proporcionados por el INEGI, en noviembre del año pasado, en términos anuales (comparando noviembre del 2017 con noviembre del 2016) y desestacionalizados (eliminando factores calendario y estacionales, lo cual permite comparar mejor) la IFB decreció 4.1 por ciento. ¿Qué tan grave resulta este comportamiento? 

Una primera manera de responder es comparándolo con el de años anteriores. En noviembre del 2015 la IFB creció 2.5 por ciento. Un año después, en noviembre de 2016, avanzó 1.0 puntos porcentuales. En noviembre del año pasado decreció 4.1 por ciento.

Una segunda manera de responder es comparándolo con el de los meses anteriores. En julio del 2017 la IFB creció 0.5 por ciento. En agosto, ni creció, ni decreció, y el resultado fue 0.0 por ciento. En septiembre decreció 2.5. En octubre volvió a decrecer, 3.2. En noviembre decreció de nueva cuenta, 4.1.

Sumamos dos años (2016 y 2017) con un crecimiento de la IFB cada vez menor (y negativo en 2016), de la misma manera que sumamos tres meses consecutivos (septiembre, octubre y noviembre), con un decrecimiento de la IFB cada vez mayor, lo cual resulta preocupante, por el efecto que todo ello tendrá sobre la producción de bienes y servicios, la creación de empleos, y la generación de ingresos, todo lo cual depende de la ID, uno de cuyos compontes más importantes es la IFB, al grado de poder afirmar que el comportamiento de esta es un buen indicador del comportamiento de aquella.

¿Qué determina el comportamiento de la IFB? Las decisiones de los empresarios para invertir o no en un país. ¿Y qué determina esas decisiones? La seguridad y confianza que se tenga en ese país, lo cual depende de una buena cantidad de variables, algunas coyunturales, otras estructurales, siendo que en ambos casos, en México, las cosas dejan que desear. Pongo un ejemplo. Variable coyuntural: la reforma tributaria de Trump, que hace más atractiva a la economía estadounidense para las inversiones directas, restándole atractivo a la economía mexicana. Variable estructural: el engendro tributario que padecemos en México, restándole atractivo a la economía mexicana, sumándoselo a la economía estadounidense.

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .