Leemos, en el artículo 28 de la Constitución, que “el Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración”, y que “su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, lo cual, según lo interpretan las autoridades monetarias, implica una meta de inflación anual del tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la menor inflación aceptable es dos por ciento y la mayor cuatro.
En enero la inflación anual fue 4.88%, con lo cual sumamos tres meses consecutivos con repunte en la misma: octubre 4.26%; noviembre 4.32%; diciembre 4.66%; enero 4.88%. El repunte de noviembre fue de 0.06 puntos porcentuales, el 1.41%. El de diciembre de 0.34 puntos porcentuales, el 7.87%, mayor que el de noviembre. El de enero de 0.22 puntos porcentuales, el 4.72%, menor que el de diciembre.
Además, en enero sumamos 35 meses consecutivos con inflación por arriba del límite superior de la meta (cuatro por ciento). La última vez que la inflación se ubicó dentro de los márgenes de la meta del banco central (entre dos y tres por ciento), fue en febrero de 2021, hace tres años, y fue 3.76%. De entonces a la fecha ha oscilado entre un máximo de 8.70%, en agosto y septiembre de 2022, y un mínimo de 4.26%, en octubre de 2023. En estos 35 meses la inflación promedio fue 6.49%, 2.49 puntos porcentuales por arriba del límite superior, el 62.25%.
Los datos de inflación, proporcionados por el INEGI, muestran la poca eficacia de la política monetaria, que consiste en subir la Tasa de Interés Interbancaria cuando la inflación repunta, medida que he criticado y explicado por qué, y los anuncios de política monetaria del Banco de México dejan que ver que los integrantes de la junta de gobierno no tienen idea de lo que va a pasar.
Fue el 2 de junio de 2021, con la inflación en 5.88%, por arriba del límite superior de la meta, cuando el Banco de México pronosticó que sería en el segundo trimestre de 2022 cuando la inflación estaría nuevamente dentro de los márgenes de la meta (entre dos y cuatro), y que sería del 3.00%. En enero pasado la inflación fue 4.88%. Tanto por la eficacia de la política monetaria para mantener la inflación dentro de los márgenes de la meta, y tanto por la capacidad de predicción de los economistas del banco central.
En el último Anuncio de Política Monetaria, del pasado jueves, el Banco de México pronosticó que será en el tercer trimestre de este año cuando, en 3.9%, la inflación se ubique dentro de los márgenes de la meta. ¿Será? Ya veremos.
Por lo pronto, es increíble que cuando las autoridades monetarias analizan la inflación, y nos comparten sus análisis en los anuncios de política monetaria y en los informes trimestrales del Banco de México, nunca mencionen el comportamiento de la cantidad de dinero que se intercambia en la economía, que se usa para demandar bienes y servicios, de la cual depende, en buena medida, el comportamiento de la demanda agregada y del Índice Nacional de Precios al Consumidor, con el que se mide la inflación. ¡Increíble, como si no tuviera nada que ver con la inflación!
En enero la inflación general anua fue 4.88%. La de frutas y verduras fue 21.78%, 16.90 puntos porcentuales mayor, el 346.31%.
En enero de 2023 la inflación general fue 7.91%. En enero pasado fue 4.88%, 3.03 puntos porcentuales menor, el 38.31%. En enero de 2023 la inflación de frutas y verduras fue 10.17%. En enero pasado fue 21.78%, 11.61 puntos porcentuales mayor, el 114.16%.
La inflación general suma tres meses consecutivo a la alza. En octubre fue 4.26%. En noviembre fue 4.32%, 0.06 puntos porcentuales mayor, el 1.41%. En diciembre fue 4.66%, 0.34 puntos porcentuales mayor, el 7.87%. En enero fue 4.88%, 0.22 puntos porcentuales mayor, el 4.72%. En enero el aumento en la inflación general fue mayor que en noviembre (malo), y menor que en diciembre (bueno).
¿Cómo se comportó, en los últimos tres meses, los del repunte de la inflación general, la inflación de frutas y verduras?
En octubre la inflación de frutas y verduras fue 4.77%. En noviembre fue 5.59%, 0.82 puntos porcentuales mayor, el 17.19%. En diciembre fue 11.68%, 6.06 puntos porcentuales mayor, el 108.95%. En enero fue 21.78%, 10.10 puntos porcentuales mayor, el 84.47%. En enero el incremento en la inflación de frutas y verduras fue mayor que en noviembre (malo), y menor que en diciembre (bueno).
En noviembre, comparando con octubre, el aumento en la inflación general fue 1.41%. El de la inflación de futas y verduras fue 17.19%, 15.78 puntos porcentuales mayor que el de la inflación general, el 1,119.15%. En diciembre, comparando con noviembre, el aumento en la inflación general fue 7.87%. El de la inflación de futas y verduras fue 108.95%, 101.08 puntos porcentuales mayor que el de la inflación general, el 1,284.37%. Por último, en enero, comparando con diciembre, el aumento en la inflación general fue 4.72%. El de la inflación de futas y verduras fue 84.47%, 79.75 puntos porcentuales mayor que el de la inflación general, el 1,689.62%.
Comparando enero de 2023 con enero de 2024 la inflación general bajó de 7.91% a 4.88%, 3.03 puntos porcentuales menor, el 38.31%. La de frutas y verduras aumentó de 10.17% a 21.78%, 11.61 puntos porcentuales mayor, el 114.16%. Inflación general a la baja (bueno), inflación de frutas y verduras a la alza (malo).
Comparando enero de 2024 con octubre de 2023 la inflación general pasó de 4.26% a 4.88%, un aumento de 0.62 puntos porcentuales, el 14.55%. La inflación de frutas y verduras aumentó de 4.77% a 21.78%, 17.01 puntos porcentuales, el 356.60%. Repunte en la inflación general (malo), mayor repunte en la de frutas y verduras (peor).
El CONEVAL dio a conocer, para enero, los precios de la canasta básica alimentaria, y de la canasta básica alimentaria más no alimentaria, para las zonas rurales y urbanas. En términos anuales el precio de la canasta básica alimentaria, en zonas rurales, aumentó 9.4% (92.62% más que la inflación general) y en zonas urbanas 8.6% (76.23% más que la inflación general). El de la canasta básica alimentaria más no alimentaria, en zonas rurales, aumentó 6.9% (41.39% más que la inflación general) y en zonas urbanas 5.9% (20.90% más que la inflación general).
Todo lo anterior muestra lo mucho que falta por hacer para, por lo menos, preservar el poder adquisitivo del dinero, que es el poder adquisitivo del trabajo.