Lejos de terminar, el caso de FTX sigue dando de qué hablar. Las noticias que van saliendo en medios sobre este exchange de activos digitales y su dueño, Sam Bankman-Fried, exhiben fehacientemente que todo el sistema financiero “cripto” está corrompido.
Bankman-Fried (quien actualmente se encuentra libre, como si nada) ha sido acusado de apropiación indebida de los fondos de sus clientes para realizar operaciones altamente apalancadas, confirmó Joseph Borg, abogado y socio de WH Partners, en una entrevista con Kitco News.
Lo importante en este caso, en última instancia, es que con una regulación adecuada (en teoría) no se habría permitido que un exchange realmente usara los fondos de los clientes. Pero si las reglas de las Bahamas permitieron que el operador hiciera uso de esos fondos, entonces técnicamente no ha cometido infracción alguna. He ahí parte del problema.
Borg advierte, sin embargo, que aún podría haber implicaciones criminales para Bankman-Fried y sus asociados, pues lo que hizo es definitivamente negligente, por decir lo menos.
Una omisión de este tipo constituye un delito penal. Y en la mayoría de las jurisdicciones, de hecho, ser negligente con los fondos de otros fácilmente puede constituir actos criminales.
Coincido con este abogado y muchos otros que afirman que la regulación de las criptomonedas es definitivamente necesaria a raíz del colapso de FTX. Así que las nuevas normativas habrán de evitar replicar las restricciones financieras de instituciones tradicionales como los bancos.
Cuando se reglamente esta industria, las autoridades tendrán que asegurarse de que no se repita el actual escenario que existe en el propio sistema bancario, pues el mayor problema es que estas instituciones financieras no tienen suficiente dinero para pagar a todos sus clientes al momento en que estos reclaman sus fondos.
Dicho de otro modo: el mundo entero se enoja y reclama (con razón) por el caso FTX, pero parece olvidar que el sistema bancario tradicional entero ¡también es un fraude!
Todo mundo considera “normal” al sistema de reserva fraccionaria con el que operan, y es legal, pero eso no le quita su esencia fraudulenta al permitir la utilización del capital de los clientes, a quienes se les debe, con la posibilidad de retirar en el corto plazo recursos que, en el mejor de los casos, se invierten a largo plazo. Un callejón sin salida que –la historia demuestra– cíclicamente termina en quiebras.
Insisto: bajo el actual modelo bancario, un banco solo debe mantener un pequeño porcentaje de los fondos de los clientes en efectivo y puede prestar el resto.
Los exchanges de criptos están operando de igual manera, pero sin la misma supervisión ni regulación.
Es por esta razón que dichos exchanges tienen la responsabilidad de monitorear lo que sucede con sus operaciones y deberían poder notar en cuanto se dé una manipulación.
El problema viene cuando desde la propia dirección de dichas empresas se utiliza de mala fe el capital de sus clientes.
Cuanto más tiempo pase el sector sin regulaciones definidas, mayor será el potencial de eventos negativos.
Dada la novedad y la naturaleza internacional de los criptoactivos, no sorprende que los reguladores se enfrenten a un desafío sin precedentes difícil de manejar.
De acuerdo con Bloomberg, uno de los activos que han salido a la luz durante la quiebra de FTX es una participación en un banco con licencia estadounidense, que posee a través de una subsidiaria.
Farmington State Bank en el estado de Washington, que ahora se conoce con el nombre de Moonstone Bank en línea, se vinculó a FTX en marzo (de 2022), cuando la compañía hermana de FTX, Alameda Research, invirtió 11.5 millones de dólares en la empresa matriz del banco.
El hecho de que un fondo de cobertura extraterritorial, que era básicamente una criptoempresa, comprara una participación en un pequeño banco por múltiplos de su valor contable declarado debió haber levantado enormes señales de alerta entre los reguladores estatales y el gobierno federal, señaló el presidente y director ejecutivo de Calvert Advisors, Camden Fine, un consultor de la industria bancaria.
Si el sector cripto imita al bancario, acabará mal
La moraleja de esta historia es que si el sistema cripto termina imitando al sistema bancario tradicional, estará traicionando la esencia de la tecnología blockchain y su descentralización.
De ser este el caso, el único refugio alternativo real para quienes buscan opciones distintas de los bancos será el bitcoin. La primera y original criptomoneda está fuera del control de los particulares, y es en la tecnología y en la programación automatizada donde encuentra su mayor fortaleza.