No hay un solo país en el mundo que con gobierno socialista haya incrementado el nivel de vida de la mayoría de sus habitantes.
Las discusiones sobre qué sistema es mejor para los ciudadanos es interminable, y más cuando se juzga por simpatías, antipatías o ideologías. Muchos profesores analizan la alternativa social socialismo o capitalismo a la luz de los mitos que aprendieron de algunos profesores, y que les inculcó el odio a los ricos.
Hay gobernantes en cuyos discursos presentan al rico como causante de la pobreza y aplican impuestos altos y progresivos para, según ellos, quitarles a los que tienen para darles a los que no tienen, “redistribuir justamente la riqueza”.
La mayoría de esos gobernantes terminan ricos y con cuentas enormes que esconden en el extranjero, en países como Suiza e Inglaterra, donde son confidenciales las cuentas y solo pueden dar informes sobre esas cuentas si el gobierno que la pide promueve un juicio en el país donde están los recursos, y sentencie que el origen de ese dinero es ilegal.
Paradójicamente, la mayoría de gobernantes que se hicieron ricos con desviaciones de millones a sus cuentas personales o de sus familiares, son de “izquierda” que gobiernan con sistemas socialistas, que en la realidad son capitalismos de estado, donde los gobernantes monopolizan no solo el poder político también el económico. Se vuelven los empresarios más poderosos, que colocan a sus amigos como directores de las empresas estatales, quienes les compran a sobreprecios a los amigos o parientes de los altos funcionarios.
Uno de los frutos de esa corrupción, disfrazada de una “redistribución de la riqueza” en beneficio de los pobres es el aumento del déficit y del gasto público y de las pérdidas de las empresas estatales.
Al analizar las variables macroeconómicas: crecimiento económico, producto interno bruto y producto por habitante, comprobamos con datos objetivos qué sistemas generan progreso y cuáles, pobrezas.
En las investigaciones que realicé para escribir un libro, cuyo título es “Gobiernos populistas empobrecen”, que en unas semanas será publicado, demuestro que durante el siglo XX y lo que va del XXI, no hay un solo país en el mundo que con gobierno socialista haya incrementado el nivel de vida de la mayoría de sus habitantes, solo el de los gobernantes.