Durante el segundo trimestre del año la economía mexicana creció, en términos anuales, comparando con el segundo trimestre de 2020, 19.5 por ciento (6.8 las actividades primarias, 27.9 las secundarias, 16.9 las terciaras), un crecimiento espectacular, sobre todo si tomamos en cuenta lo siguiente.
Entre 1935 y 1981 el crecimiento promedio anual de la economía fue 6.2 por ciento. En 1982, consecuencia de la Docena Trágica, los gobiernos de Luis Echeverría (1970 – 1976) y José López Portillo (1976 – 1982), perdimos el crecimiento elevado, y de 1982 a 2019, antes del Efecto Covid, la economía creció, en promedio anual, 2.3 por ciento. Comparado con este promedio el crecimiento del segundo trimestre, 19.5 por ciento, resultó espectacular, momento de tener en cuenta que fue el resultado del efecto rebote, de haber comparado el segundo trimestre de este año con el segundo del año anterior, durante el cual la economía, consecuencia de su cierre parcial, decreció 18.6 por ciento. Comparando con un resultado muy malo no resultó difícil obtener un resultado muy bueno, que no solo fue espectacular, sino también excepcional: de ninguna manera se mantendrá.
Como lo escribí en el Pesos y Contrapesos de ayer: según los resultados de la encuesta de julio del Banco de México a los economistas del sector privado, en los próximos cuatro trimestre, del tercero de 2021 al segundo de 2022, éste será el crecimiento del PIB: 6.37, 3.74, 3.72 y 2.61 por ciento. Y para los próximos diez años, de 2022 a 2032, la expectativa de crecimiento promedio anual de la economía es 2.3 por ciento, nada más, ni nada menos, que el promedio que tuvimos entre 1982 y 2019.
Pese al crecimiento del 19.5 por ciento durante el segundo trimestre del año, el nivel del PIB fue de 17,965,150 millones de pesos, similar al que se tuvo durante el cuarto trimestre de 2016, 17,969,342 millones. El máximo histórico se logró durante el tercer trimestre de 2018 con 18,570,941 millones de pesos. El nivel del segundo trimestre de este año se encontró 605,791 millones de pesos por debajo del máximo histórico, 3.3 por ciento.
La recuperación del PIB, si por recuperación entendemos recuperar el nivel correspondiente al máximo histórico, está pendiente, y dependerá de las inversiones directas, tanto nacionales como extranjeras, que son las que se destinan a producir bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía, que es el Producto Interno Bruto, el PIB, inversiones directas que tienen, como uno de sus componentes principales, la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, la Inversión Fija Bruta, que en mayo pasado alcanzó un nivel similar al de abril de 2011. Sí, de 2011.
El gran reto de la economía mexicana es la recuperación de las inversiones directas.
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