Tres han sido las presiones recesivas sobre la actividad económica. Primera: la desconfianza que, desde antes de su inicio formal, el 1 de diciembre de 2018, generó la 4T entre los empresarios, lo cual se tradujo, a partir de noviembre de 2018, después de la cancelación del NAICM el 29 de octubre de aquel año, en una caída en la inversión directa, que es la que produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos. Segunda: la contracción en la demanda por bienes y servicios, consecuencia, sobre todo a partir de marzo, del confinamiento. Tercera: la contracción en la oferta, sobre todo a partir de abril, consecuencia de haber dividido las actividades económicas en esenciales, y por lo tanto permitidas, y no esenciales, y por lo tanto prohibidas, lo cual dio lugar al cierre parcial de la economía, lo cual generó una fuerte presión recesiva, tal y como se ve en los resultados, para abril, de la industria manufacturera y de la construcción.
En términos anuales, en marzo, antes del cierre parcial de la economía, el personal ocupado total en la industria manufacturera decreció 2.4 por ciento (2.8 obreros y 0.8 empleados). En abril, ya con el cierre parcial, el personal ocupado total decreció 4.0 por ciento (4.4 obreros y 2.4 empleados). Las horas trabajadas, en marzo, decrecieron 3.8 por ciento (4.2 obreros y 2.5 empleados). En abril se redujeron 31.5 por ciento (34.3 obreros y 26.4 empleados). Las remuneraciones medias reales, en marzo, crecieron 0.5 por ciento (0.6 salarios, menos 0.3 sueldos, menos 04 prestaciones sociales). En abril decrecieron 0.9 por ciento (menos 2.8 salarios, más 0.2 sueldos, más 0.8 prestaciones).
En marzo, antes del cierre parcial de la economía, en términos anuales, en la industria de la construcción el valor de la producción se contrajo 17.1 por ciento. En abril, ya con el cierre parcial, la contracción fue del 32.1 por ciento. En marzo el personal ocupado total se contrajo 10.7 por ciento (12.4 obreros y 7.0 empleados). En abril la contracción fue del 19.4 por ciento (24.7 obreros y 8.5 empleados). En cuanto a horas trabajadas en marzo cayeron 13.8 por ciento (14.7 obreros y 10.9 empleados). En abril la caída fue del 22.8 por ciento (27.6 obreros y 13.2 empleados). Respecto a las remuneraciones medias reales en marzo crecieron 1.0 por ciento (2.3 los salarios y menos 3.2 los sueldos). En abril cayeron 5.1 por ciento (10.5 salarios y 0.5 sueldos).
Haber dividido las actividades económicas en esenciales (permitidas) y no esenciales (prohibidas), por más buena que haya sido la intención (contener la propagación del virus), ¿fue la decisión correcta? Y si así nos fue en abril, ¿cómo nos habrá ido en mayo y cómo nos estará yendo en junio? Y la reapertura, ¿cuánto tardará? Y la reactivación, ¿cuándo llegará?
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