Por lo pronto, dado el acuerdo al que se llegó entre el gobierno mexicano y el estadounidense, Trump suspendió indefinidamente la aplicación del arancel del 5 por ciento a la importación de productos mexicanos, pero aclaró vía Twitter que, si el gobierno mexicano no cooperara según lo acordado, “nosotros siempre podríamos regresar a nuestra previa, y muy rentable, posición en torno a las tarifas (aranceles)”.
Por lo pronto a cambio de una acción más eficaz del gobierno mexicano para detener la migración ilegal, utilizando para ello a la Guarda Nacional, desplegada de manera importante en la frontera sur del país; para desmantelar organizaciones dedicadas al contrabando y tráfico de personas; para desmontar las redes de trasporte y financieras de tales organizaciones; para reforzar la cooperación bilateral y la coordinación de acciones entre ambos gobiernos para proteger y asegurar la frontera común; para que México se convierta, para los inmigrantes ilegales que el gobierno estadounidense regrese a territorio mexicano, en tercer país seguro, comprometido a ofrecerles trabajo, atención médica y educación, en lo que el gobierno estadounidense resuelve su situación migratoria; a cambio de todo ello, repito, Trump decidió suspender indefinidamente la aplicación del arancel del 5 por ciento a la importación de cualquier producto mexicano hacia los Estados Unidos, lo cual, dado los efectos recesivos que ello podría haber tenido sobre la economía mexicana, en unos momentos en los cuales esas presiones recesivas ya están actuando y teniendo efectos negativos sobre la actividad económica, es una buena noticia.
No faltan quienes se preguntan si no nos saldrá más caro el caldo que las albóndigas, preguntándose cuánto le costará al gobierno mexicano convertir a México en tercer país seguro, obligado a recibir a quienes el gobierno estadounidense expulse de su territorio, en lo que decide si les concede o no asilo, tiempo de espera durante el cual el gobierno mexicano está obligado a brindarles trabajo, atención médica y educación, tal y como se señala en el comunicado del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que cito: “Mexico will authorize the entrance of all of those individuals for humanitarian reasons, in compliance with its international obligations, while they await the adjudication of their asylum claims. Mexico will also offer jobs, healthcare and education according to its principles”.
¿Nos saldrá más caro el caldo (ser tercer país seguro) que las albóndigas (el arancel del 5 por ciento)? Sin saber cuánto le costará al gobierno mexicano actuar como tercer país seguro, estoy seguro que no. Hubiera sido peor, considerando el efecto que ello tendría sobre la economía, el arancel. Al final de cuentas, de los males, el menor.
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