Al hablar de crecimiento me refiero al de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios.
Al hablar de bienestar me refiero al material, que depende, no exclusivamente, pero sí de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga para satisfacer las necesidades, comenzando por las básicas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la dignidad (hay mucho de indigno, no en el pobre, pero sí en la pobreza), la salud y la vida.
Al hablar de felicidad me refiero a la única posible, la humana, que consiste (al menos para efecto de estos artículos editoriales), en el estado de satisfacción con la propia existencia, que no se limita al bienestar material, porque tiene que ver más con el bien ser que con el mucho tener y el bien estar.
El crecimiento de la economía (dato objetivo) es una condición necesaria del bienestar material (dato objetivo/subjetivo), y el bienestar material es una condición necesaria de la felicidad (dato subjetivo).
El crecimiento de la economía es una condición necesaria del bienestar material, que depende, de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga para la satisfacción de las necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que generar ingreso, para lo cual hay que tener empleo, empleos e ingresos que dependen de las inversiones directas destinadas: (i) a la producción de bienes y servicios, con la que se mide el crecimiento de la economía; (ii) a la creación de empleos, puesto que para producir alguien tiene que trabajar; (iii) a la generación de ingresos, puesto que a quien trabaja se le paga, empleos e ingresos que son condiciones necesarias para el bienestar, sobre todo si el mismo debe ser, como corresponde a la dignidad de la persona, resultado del trabajo propio, no de las dádivas otorgadas por el gobierno, consecuencia de la redistribución gubernamental del ingreso, de quitarle a Juan lo que, por ser producto de su trabajo, es de Juan, para darle a Pedro lo que, por no ser producto de su trabajo, no es de Pedro. ¿Y qué es el producto del trabajo de Juan? El ingreso de Juan.
El bienestar material es condición necesaria de la felicidad, de ese estado de satisfacción con la propia existencia que, para realmente serlo, supone, entre otras cosas, la satisfacción de las necesidades básicas, para lo cual hay que disponer de la cantidad, calidad y variedad adecuadas de bienes y servicios, para lo cual, dado que hay que comprarlos, se requiere de ingreso, y por lo tanto de empleo, que dependen de las inversiones directas.
¿Cómo andamos en México en materia de crecimiento, bienestar y felicidad?
Como ya expliqué el crecimiento de la economía es condición necesaria del bienestar material, que a su vez es condición necesaria de la felicidad, y pregunté cómo estamos en México en materia de crecimiento, bienestar y felicidad, sobre todo frente a las consecuencias de los efectos 4T y Covid, y de las presiones recesivas que generaron sobre el crecimiento de la economía y, dado que el crecimiento es condición necesaria del bienestar material, y éste de la felicidad, sobre el bienestar y la felicidad de los mexicanos.
En materia de crecimiento, medido por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, en noviembre pasado, último mes para el que tenemos información, el nivel de producción, según el Indicador Global de la Actividad Económica del INEGI, fue similar al de mayo de 2016 y 5.0 por ciento por debajo del máximo histórico de agosto de 2018.
En materia de bienestar, que se mide por la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone, mismos que hay que comprar, compra que se mide por el Indicador del Consumo Privado del INEGI, el nivel de bienestar en noviembre pasado, todavía no tenemos información más actualizada, fue similar al de septiembre de 2017 y 3.8 por ciento por debajo del máximo histórico de julio de 2019.
En materia de felicidad, definida, como el estado de satisfacción con la propia existencia, satisfacción que no se limita al bienestar material, teniendo que ver más con el bien ser que con el mucho tener y el bien estar, se acaba de publicar el World Happiness Report 2021 (https://happiness-report.s3.amazonaws.com/2021/WHR+21.pdf), con datos de 2020.
Para no hacer el cuento largo, y no porque no valga la pena hacerlo largo, sino por falta de espacio para poder hacerlo, resulta que en el Índice de Felicidad Mundial 2021, México pasó, entre 95 naciones, del lugar 23, en 2019, al 46, en 2020, año en el cual el Efecto Covid pegó más fuerte, y no solo en materia de salud, sino también de economía, con las consecuencias en el crecimiento, el bienestar y la felicidad de los mexicanos. Recordemos que el crecimiento de la economía es una condición necesaria del bienestar material, y que el bienestar material es una condición necesaria de la felicidad.
De los 95 países considerados, en materia de felicidad, 51 mejoraron, 4 quedaron igual, 40 retrocedieron. De estos últimos los que más retrocedieron fueron: Filipinas, 32 posiciones; El Salvador, 30; Benín, 25; México, 23.
Pensar que le felicidad no tiene que ver con el bienestar material, y que éste no tiene que ver con el crecimiento de la economía, es erróneo. Le pegas al crecimiento, le pegas al bienestar, le pegas a la felicidad, precisamente lo que está haciendo la 4T.
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