Si tuviera que elegir, de entre todas las variables que hay para medir el desempeño de la economía, ¡y hay muchas!, una sola para responder la pregunta, ¿cómo va la economía?, esa sería la inversión directa, por todo lo que depende de ella: la producción de bienes y servicios, la creación de empleos (para producir alguien tiene que trabajar), la generación de ingresos (a quien trabaja se le paga), y el bienestar de la gente, que depende de los empleos y los ingreso, inversiones directas que dependen de la confianza de los empresarios para invertir directamente en el país: a mayor confianza más inversiones directas, y viceversa.
¿Cómo anda, en México, la confianza de los empresarios?
Según el resultado del Indicador de Confianza Empresarial, ICE, del INEGI, la confianza de los empresarios de los sectores manufacturero, comercial y construcción, para invertir directamente en México, se ubicó, en noviembre, en 33.2 unidades.
El ICE es un índice que va de cero a cien. Cero equivale a total desconfianza, cien a confianza total. Entre cero y cincuenta hay desconfianza, mayor más cerca de cero, menor más cerca de cincuenta. Entre cincuenta y cien hay confianza, menor más cerca de cincuenta, mayor más cerca de cien.
En noviembre el ICE para realizar inversiones directas en México fue 33.2 unidades, desconfianza (32.3 en octubre): 38.3 en el caso de los empresarios del sector manufacturero (39.0 en octubre); 33.2 en el de los empresarios del sector comercio (32.3 en octubre); 28.1 en el de los empresarios del sector de la construcción (26.8 en octubre).
En términos generales en noviembre, con relación a octubre, la desconfianza empresarial para realizar inversiones directas se redujo, al pasar de 32.3 a 33.2 unidades. La de los empresarios del sector manufacturero aumentó, al pasar de 39.0 a 38.3 unidades. La de los empresarios del sector comercio se redujo, al pasar de 32.3 a 33.2 puntos. La de los empresarios del sector de la construcción también se redujo, al pasar de 26.8 a 28.1 unidades.
Habrá que ver si esa reducción de la desconfianza empresarial para invertir directamente en México, que tuvo lugar en noviembre con relación a octubre, se tradujo en un aumento en dichas inversiones en noviembre, información que conoceremos el 4 de febrero del año entrante.
Qué bueno que en octubre se redujo la desconfianza empresarial para invertir directamente en México, pero qué malo que siga habiendo desconfianza y que el gobierno no haga nada para reducirla y convertirla en confianza, teniendo en cuenta que a mayor confianza más inversiones directas, y viceversa, y que de esas inversiones depende la producción, el empleo y el ingreso, y por ello el bienestar de las personas, que es lo que verdaderamente importa.
Una de las preguntas recurrentes con relación a la economía mexicana es ¿por qué no crece más? Entre 1935 y 1981 el crecimiento promedio anual fue 6.2 por ciento. En 1982 perdimos el crecimiento elevado, y entre aquel año y el 2020 la economía mexicana creció, en promedio anual, 2.0 por ciento. ¿Por qué no crece más?
Para responder correctamente hay que tener claro que el crecimiento se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, que depende de las inversiones directas, que dependen de la confianza de los empresarios. A mayor confianza más inversiones y a más inversiones mayor crecimiento.
En noviembre el nivel de confianza empresarial para invertir directamente en el país, en escala de cero a cien (cero es total desconfianza; cien es confianza total; entre cero y cincuenta es desconfianza; entre cincuenta y cien es confianza), el Indicador de Confianza Empresarial, del INEGI, se ubicó en 33.2 unidades. Mucha desconfianza.
Si del nivel de confianza para invertir directamente pasamos al nivel de confianza general, (calculado a partir de las respuestas a estas preguntas: comparado con el de hace doce meses, cómo considera el desempeño presente, de la economía en general, y de su empresa en particular; comparado con el de hoy, cómo considera que será el desempeño, de su empresa en particular, y de la economía en general, dentro de doce meses; cómo considera el momento actual para invertir directamente México), tenemos que en noviembre el ICE fue de 53.0 unidades. Poca confianza.
Lo que llama la atención es que, desde que tenemos información a respecto (enero de 2017), la mayor confianza empresarial se logró en noviembre pasado, con 54.2 unidades, y la menor en mayo del año pasado, con 34.7 puntos. Entre enero de 2017 y noviembre de 2021, en 26 meses, el 44.1 por ciento, hubo confianza (por arriba de los cincuenta puntos), y en 33, el 55.9 por ciento, desconfianza (por debajo de los cincuenta). El nivel de confianza promedio de esos 26 meses fue 51.7 unidades. El de desconfianza de esos 33 fue 45.2 puntos.
Desde que se calcula la confianza empresarial han sido más los meses con desconfianza (55.9 por ciento), que con confianza (44.1 por ciento), y la desconfianza (45.2 unidades en promedio), ha sido mayor que la confianza (51.7 puntos en promedio). Esto ayuda a explicar por qué la economía mexicana no crece más. Buena parte de la respuesta está en la desconfianza empresarial, algo que viene de lejos, por lo menos desde 1983, y tiene que ver con el capítulo económico de la Constitución que se modificó, para mal, ese año. (Véase: https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/libertad-propiedad-402351).
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