Inmerso en una creciente crisis económica que está causando agitación en los mercados, Beijing busca refugio en el oro en su lucha por hacer frente a desafíos que van desde una caída en el sector inmobiliario hasta una disminución en las exportaciones y deflación, realidad que trata de acallar proyectando una falsa imagen de estabilidad financiera.
Dicho contraste entre la retórica oficial y la realidad económica ha alcanzado su punto álgido con las (poco confiables) cifras recién publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas de China (NBS, por sus siglas en inglés), que arrojan un panorama sombrío, pues el índice de precios al consumidor (IPC) de julio cayó 0.3 por ciento interanual, marcando la entrada a un territorio de deflación.
A su vez, el índice de precios al productor (IPP), que ha descendido de manera constante durante diez meses consecutivos, registró una disminución interanual del 4.4 por ciento, tras una baja del 5.4 por ciento en junio.
Evidentemente, el desafío para las autoridades chinas radica en calmar las preocupaciones.
Pero mientras Beijing busca mantener la imagen de estabilidad financiera, la realidad plantea desafíos cruciales para el Banco Popular de China (PBOC), pues si bien la deflación refuerza la necesidad de estímulos monetarios y fiscales, esa institución se enfrenta a restricciones, incluyendo un yuan débil y niveles de deuda récord en la economía.
El consenso de analistas espera que el banco central adopte medidas cautelosas para aliviar la política monetaria en lo que resta del año, en tanto que la incógnita radica en las medidas de estímulo fiscal que Beijing podría implementar. Ahí está la clave.
China prohíbe hablar de deflación
Un total de siete especialistas altamente respetados le dijeron al Financial Times que sus empleadores les habían señalado que ciertos temas estaban fuera de los límites de la discusión pública. La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés) ha acusado a los analistas de corredurías de exagerar los riesgos que enfrenta la economía.
Un consejero del banco central chino declaró: “El regulador no quiere escuchar en público comentarios negativos sobre la economía. Quieren que interpretemos las malas noticias desde una perspectiva positiva”.
El mes pasado, un portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas de China afirmó que “la deflación no existe ni existirá en el país”. Así por decreto.
Malas noticias son “buenas noticias” para las bolsas de valores…