Si bien lo sucedido en los mercados bursátiles (baja en precios de acciones) y cambiarios (aumento en precios de divisas) genera afectaciones (pérdidas bursátiles para algunos y cambiarias para otros), todo ello, si los gobiernos no intervienen, se autocorregirá.
En el mercado bursátil todo parte de la lógica que rige el comportamiento de los especuladores, cuya intención es comprar acciones al precio X para venderlas al precio X + N. Cuando los especuladores consideran que, por las razones que sean (coronavirus), los precios de las acciones bajarán, antes de que bajen salen a ofrecer sus acciones y, si la oferta es mayor que la demanda, los precios bajarán (profecía autocumplida). Si el gobierno no interviene para detener la caída (y no debe hacerlo), llegará el momento en el cual los precios de las acciones serán tan bajos que los especuladores considerarán que no bajarán más y, dado que lo que pretenden es comprar barato para vender caro, saldrán a demandar acciones. Si la demanda es mayor que la oferta los precios suben (otro caso de profecía autocumplida). La condición para que se dé el cambio de tendencia es que el gobierno no intervenga.
En el mercado cambiario todo parte, también, de la lógica que rige el comportamiento de los especuladores, que tienen el objetivo de comprar alguna divisa al precio Y para venderla al precio Y + N. Al momento en el cual los especuladores consideran que, por las causas que sean (coronavirus), el precio de la divisa aumentará, antes de que aumente salen a demandar y, si la demanda es mayor que la oferta, el precio aumentará (profecía autocumplida). Si el gobierno no interviene para detener la depreciación de la moneda nacional frente a la divisa (y no debe intervenir), llegará el momento en el cual su precio será tan alto que los especuladores considerarán que no subirá más y, dado que lo que pretenden es comprar barato para vender caro, saldrán a ofrecer la divisa. Si la demanda es mayor que la oferta su precio bajará (otro caso de profecía autocumplida). La condición para que cambie la tendencia es que el gobierno no intervenga.
Ante lo sucedido recientemente en muchas bolsas de valores, y con muchos tipos de cambio, hay quienes creen que el gobierno debe hacer algo para evitar que las bolsas sigan cayendo y que algunas monedas sigan depreciándose. Al margen de considerar qué es lo que los gobiernos podrían hacer para evitarlo, lo que queda claro es que, si lo hacen, retrasan la autocorrección, pudiendo, en vez de mejorar la situación, empeorarla. Ejemplos sobran en la historia económica.
Los mercados, sobre todo en los casos de especulación, se autorregulan. Solo se necesita que el gobierno, por más que tenga la tentación, no intervenga.
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