Hay libre comercio en los países en los cuales los consumidores, comprando dejando de comprar, determinan la composición (el qué) y el monto (el cuánto) de las importaciones, sin ninguna intervención (prohibición, cuota, condición, arancel) impuesta por el gobierno, de tal manera que se importa lo que los consumidores compran y en las cantidades que compran.
Hay libre comercio en los países en los cuales el gobierno, respetando el derecho a la libertad de los agentes económicos, permite que sean los consumidores, comprando o dejando de comprar, quienes dispongan lo que se importa y las cantidades en las que se importa, sin ninguna imposición que tenga como fin prohibir, condicionar o limitar las importaciones, sin ningún control cuyo objetivo sea modificar el resultado producto de la voluntad de los consumidores.
Tomando en cuenta lo anterior, ¿qué tan libre será el comercio resultado del Acuerdo Estados Unidos, México, Canadá, el AEUMC, que sustituirá al Tratado de Libre Comercio, el TLC? Centro la atención en la industria automotriz mexicana.
Siempre y cuando los autos producidos en México cumplan con una serie de condiciones podrán exportarse, hasta cierta cantidad, a los Estados Unidos sin que el gobierno estadounidense los grave con aranceles, lo cual, puede pensarse, corresponde al libre comercio, lo cual no es cierto, ya que, para empezar, no serán los consumidores estadunidenses, y solamente ellos, sin ninguna intervención de su gobierno, quienes decidan, comprando o dejando de comprar, qué automóviles y en qué cantidades se importarán. Se importarán, libres de aranceles, solamente los automóviles que cumplan con las condiciones, por demás restrictivas, establecidas en el AEUMC: 1) que el contenido regional de los automóviles producidos en Canadá, Estados Unidos o México sea del 75 por ciento; 2) que el 40 por ciento de cada automóvil sea producido por mano de obra cuyo salario sea, por lo menos, de 16 dólares la hora; 3) que el 70 por ciento del acero y aluminio de cada automóvil producido en Norteamérica provenga de México, Estados Unidos o Canadá, condiciones restrictivas contrarias al libre comercio, contrarias a la libertad de los productores de automóviles para elegir a los proveedores que más les convengan, ya sean canadienses, estadounidenses, mexicanos o de cualquier otra nacionalidad.
En el marco del AEUMC habrá libre comercio si, y solo sí, la producción de lo que se comerciará entre mexicanos, estadounidenses y canadienses cumple con una serie de condiciones contrarias al libre comercio, en particular, y a la libertad de los agentes económicos, en general, todo ello en perjuicio de los consumidores, quienes pagarán un mayor precio del que pagarían si realmente hubiera libre comercio. No confundamos comercio menos obstaculizado y menos lastrado con libre, ¡verdaderamente libre!, comercio.
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