Intolerantes

Cito a Manuel Sánchez (@mansanchezgz), ex subgobernador del Banco de México: “A diferencia de los ciudadanos de países desarrollados, los mexicanos muestran una alta tolerancia a políticas mediocres, como en materia del control de la inflación. Tal vez por eso siga el país en subdesarrollo”. Entiendo el sentido de la afirmación, pero me pregunto hasta qué punto es tolerancia; hasta qué punto es indiferencia, que puede ser causa de tolerancia; hasta qué punto es ignorancia, que puede ser causa de indiferencia y también de tolerancia.

Sánchez hace referencia, directamente, al control de la inflación e, indirectamente, a la política monetaria, entendida como la herramienta (la Tasa de Interés Interbancaria, TII), y el instructivo para su uso (aumenta la inflación hay que aumentar la TII o, por lo menos, no bajarla; baja la inflación hay que bajar la TII o, por lo menos, no aumentarla). La mediocridad de la política (entendida como la ineficacia para lograr el objetivo que se busca), puede deberse, o a que la medicina (la herramienta, la TII), no es la adecuada, o a que la dosis (la magnitud del aumento o de la baja en la TII), no es la apropiada.

Lo ideal sería que todos estuvieran interesados en la política monetaria; que todos tuvieran los conocimientos indispensables en la materia; que todos analizaran cada decisión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México; que todos emitieran su juicio al respecto; que todos, si consideran que los miembros de la Junta de Gobierno del banco central no están tomando las decisiones correctas, presionaran para que se tomaran la correctas. Esto sería lo ideal. ¿Es factible? De ninguna manera, comenzando por el hecho de que a la mayoría de los ciudadanos puede preocuparles el aumento en los precios, pero no les interesa, en lo más mínimo, estudiar teoría monetaria para poder opinar, con conocimiento de causa, sobre política monetaria.

Seguramente que a la mayoría de las personas les preocupa el aumento en los precios y el impacto en sus bolsillos, y seguramente que muchas creen que el aumento en los precio se debe únicamente a la voracidad de los comerciantes, a quienes ven re etiquetando los productos que ofrecen. ¿Cuántas están dispuestas a estudiar teoría monetaria para poder opinar, con conocimiento de causa, sobre la política monetaria del banco central?

Dos son los objetivos que persigo con estas columnas: informar y formar. Soy, básicamente, profesor de teoría económica, y como tal ejerzo el periodismo de opinión: con la intención de brindarle a mis lectores, no solo información, también conocimientos que les permitan opinar, sensatamente, sobre temas de economía. ¿Cuántos lectores tengo? ¿A cuántas personas les llegan mis columnas? ¿Cuántos alumnos (que escuchan mis enseñanzas), y cuántos discípulos (que siguen mis enseñanzas), he conseguido con ellas?

Una de las ventajas con la que cuentan quienes hacen las políticas económicas es la falta de interés, de la gran mayoría de la gente, en torno al tema, tema que, paradójicamente, las puede afectar para mal, tal y como ha sucedido con la política monetaria del Banco de México que, como lo he informado y explicado hasta el cansancio, ha resultado ineficaz.

Lo ideal: que todos seamos intolerantes a las malas políticas económicas. ¿Utópico?

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Twitter: @ArturoDammArnal

Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .