Fue el lunes 29 de octubre de 2018, hoy hace un año, cuando AMLO decidió, porque fue él quien lo decidió y no el pueblo, por más que haya mediado una consulta popular, cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, decisión que será recordada como uno de los más graves errores cometidos por AMLO, error que frenó en seco la inversión directa y, por ello, el crecimiento de la economía.
La inversión directa produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos, y dado que el crecimiento de la economía se mide por el comportamiento de la producción, de dicha inversión depende dicho crecimiento. La primera es causa el segundo efecto. Se debilita la primera se debilita el segundo. Precisamente lo que está pasando.
En octubre del 2018 la inversion directa creció 2.0 por ciento. Un mes después, ya cancelada la construcción del NAICM, decreció 2.0 por ciento. Nueve meses después, en julio pasado, último mes para el que que tenemos información, la inversión directa decreció 9.1 por ciento. Entre noviembre de 2018 y julio de 2019 decreció, en promedio mensual, 4.7 por ciento.
En octubre del año pasado el crecimiento de la economía, medido por el Indicador Globla de la Actividad Económica, IGAE, fue 2.0 por ciento. En noviembre, un mes después, ya cancelada la construcción del NAICM, el crecimiento de la economía resultó menor, 1.7 por ciento. En julio pasado, nueve meses después, el crecimiento de la economía fue menos 0.6 por ciento. Entre noviembre de 2018 y julio de 2019, en promedio mensual, la economía creció 0.3 por ciento.
La decision de cancelar el NAICM no generó una crisis económica, sobre todo si por tal entendemos menor dinamismo (medido por el comportamiento del crecimiento de la economía) combinado con mayor inestabilidad (medida por el comportamiento de la inflación). Hemos tenido lo primero pero no lo segundo.
En octubre del año pasado, antes de la cancelación de la construcción del NAICM, el crecimiento de la economía fue 2.0 por ciento. Nueve meses después, en julio pasado, fue menos 0.6. Resultado: menor dinamismo.
En octubre de 2018 la inflación fue 4.9 por ciento. En septiembre pasado fue 3.0 por ciento. Resultado: menor inestabilidad, que también se ha reflejado en el comportamiento del tipo de cambio (no ha habido una crisis cambiaria), de las tasas de interés (no han repuntado) y de la bolsa de valores (no ha tenido un crack).
La cancelación del NAICM no ocasionó una crisis económica, pero sí frenó, en seco, las inversiones directas y el crecimento de la economía y, hasta ahora, el gobierno no ha quitado el freno, y no parece estar dispuesto a hacerlo. Todo apunta a que este sexenio, en materia de crecimiento, resultará peor que los anteriores, que fueron malos.
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