Comienzo por la mala.
En agosto del año pasado se crearon, en el sector formal de la economía, 114,189 nuevos empleos. En agosto pasado se crearon solamente 36,631, 67.9 por ciento menos.
Entre enero y agosto del año pasado, en el sector formal de la economía, se crearon 644,978 empleos nuevos. Entre enero y agosto pasados únicamente se crearon 342,645, menos 46.9 por ciento.
De 2013 a 2108, en agosto, se crearon en promedio 89,192 nuevos empleos en el sector formal de la economía. En agosto de 2019 la cifra fue 36,631, 58.9 por ciento menos que el promedio de los últimos seis años.
Entre enero y agosto, de 2013 a 2018, en el sector formal de la economía se crearon, en promedio, 551,111 nuevos empleos. Entre enero y agosto de 2019 la cifra fue 342,645, 37.8 por ciento por debajo del promedio de los últimos seis años.
En julio del año pasado la tasa de desocupación fue 3.3 por ciento de la población económicamente activa. En julio pasado fue del 3.6 por ciento, tres décimas de punto porcentual más, equivalentes a un aumento del 9.09 por ciento. Preocupante.
Es normal (no debería serlo), que durante el primer año de una nueva administración la economía (y con ella la creación de empleos en el sector formal) pase por un atorón. Lo que no es normal es la magnitud del atorón de este primer año del gobierno de AMLO, que se manifiesta en todos los frentes de la economía, desde la inversión directa hasta la producción de bienes y servicios, pasando por la creación de puestos de trabajo en el sector formal.
Termino por la buena.
En agosto del año pasado la inflación anual (la pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero), fue 4.90 por ciento, nueve décimas de punto porcentual por arriba de la meta de inflación, que es del 3.0 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error. En agosto pasado la inflación resultó del 3.16 por ciento, dentro de los márgenes de la meta de inflación, y cerca de romper la barrera de los tres puntos porcentuales, tal y como sucedió en agosto de 2015, cuando la inflación fue del 2.59 por ciento, y en agosto de 2016, cuando fue del 2.73 por ciento. En agosto de 2017 y 2018 la inflación fue, respectivamente, del 6.66 y 4.90 por ciento.
Que la inflación sea menor quiere decir que nuestro dinero pierde menos poder adquisitivo, pero lo pierde, momento de preguntar, por enésima vez, si es correcto que el Banco de México tenga, como objetivo de política monetaria, una meta de inflación del 3 por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error. Con esa meta de inflación, a la cual las autoridades monetarias llaman permanente, en lo que va del siglo XXI, de enero de 2001 a agosto de 2019, se acumuló en México una inflación del 114.60 por ciento.
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