Para quien cree que las bolsas, bonos y demás inversiones del mercado de valores y activos de riesgo se recuperarán pronto, lamento decirle que – además de nuestros análisis en Top Money Report-, hasta los gurús inversores de Wall Street les tienen malas noticias: Los precios de esos activos seguirán cayendo.
Por ejemplo, el fundador de Bridgewater Associates, Ray Dalio, opina que hay un cóctel de elementos que seguirán presionando los precios de los activos de riesgo, siendo la política monetaria de la Reserva Federal (alza de tasas de interés) y la guerra en Ucrania los más importantes, lo que llevaría a la economía estadounidense a una recesión en 2023 o 2024.
Durante una entrevista con MarketWatch, Dalio anticipó que la Fed subirá las tasas de interés de referencia a entre 4 y 5 por ciento para frenar la inflación en Estados Unidos, lo que provocaría una caída adicional del mercado del 20 por ciento. Ahora que la Fed realizó su tercera subida de 75 puntos básicos, el límite superior de su rango objetivo de tasas de interés subió por primera vez por encima del 3 por ciento.
Para Dalio la única forma en que la Fed puede luchar con éxito contra la inflación es generando “dolor económico”, y tiene razón. Utilizando algunos de los principios más básicos de las finanzas corporativas, explicó por qué el aumento de las tasas de interés es una maldición para los activos financieros, así como para los activos reales como el mercado inmobiliario.
En pocas palabras, cuando las tasas de la Fed suben, los inversores deben aumentar la tasa de descuento que utilizan para determinar el valor actual de los flujos de caja futuros, o pagos de intereses, vinculados a una acción o un bono determinado. Dado que el aumento de las tasas de interés y la inflación son un impuesto sobre estos flujos de ingresos futuros, los inversores suelen compensar asignando una valoración más baja a esos activos.
Aunque Dalio dijo que espera que las acciones sufran más pérdidas, señaló que el mercado de bonos es donde hay mayor preocupación, pues el problema es que la Fed ya no está monetizando la deuda emitida por el gobierno federal (es decir, ya no está comprando bonos caros para “imprimir” e inyectar masivamente dólares a la economía). En septiembre, la Reserva Federal tiene previsto duplicar el ritmo al que los bonos del Tesoro y los hipotecarios saldrán del balance del banco central, lo que significa que la “escasez” de dólares se agravará en el mundo.
Por si fuera poco, el banco central chino y los fondos de pensiones de todo el planeta están ahora menos motivados para comprar, en parte porque la rentabilidad real que ofrecen los bonos cuando se ajustan a la inflación ha bajado de forma importante. Ahora no sólo hay rendimientos reales negativos en los bonos sino que estos siguen bajando en términos reales. Cabe destacar que incluso con el alza de tipos, la tasa misma de referencia de la Fed es inferior a la inflación.
Otro gran inversionista que coincide con Dalio es Jeff Gundlach, fundador de DoubleLine Capital, quien cree que el índice bursátil S&P500 podría desplomarse a alrededor de los 3,000 puntos, es decir, una caída del 20 al 25 por ciento desde los niveles actuales.
Desde su punto de vista, los inversores deben empezar a ser más bajistas en sus previsiones, ya que el mercado de bonos y el accionario están reflejando la debilidad económica y los problemas de la economía que se desacelera en lo general.
Reina el pesimismo no sólo entre los “gurús”
Según los resultados de la Encuesta Global de Gestores de Fondos de Bank of America de septiembre, los inversores están cada vez más pesimistas y la gran mayoría ve que las ganancias disminuirán el próximo año.
De los 240 gestores de fondos encuestados, que supervisan un total de 695,000 millones de dólares en activos, un 92 por ciento espera que las ganancias en los mercados mundiales disminuyan durante el próximo mes, muy por encima del 72 por ciento de la encuesta de agosto. Esto coloca el pesimismo en el nivel más alto desde octubre de 2008, es decir, tras el estallido de la crisis financiera de aquel entonces que desembocó en la “Gran Recesión” de 2009.
Cuando se les preguntó cómo veían la tendencia de la economía mundial en los próximos 12 meses, el 92 por ciento dijo que esperaba estanflación (condición de estancamiento económico con inflación elevada), por encima del 90 por ciento en agosto y el porcentaje más alto en la historia de la encuesta.
Para no dejar lugar a dudas: estamos atestiguando el que será quizá el peor mercado “oso” (mercado bajista) de la historia, y cuando todo se hunde sólo queda sujetarse de activos refugio que tras una caída inicial que también suelen sufrir al inicio, se inflarán en burbuja. Mucho ojo en especial al oro, la plata y al dólar en pesos mexicanos, que están todos en precios de histórica oportunidad de compra que no durarán por mucho tiempo.