Si el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), del INEGI, se ubica por debajo de los 50 puntos hay desconfianza (0 puntos desconfianza total, 50 puntos cero desconfianza). Si se ubica por arriba de los 50 puntos hay confianza (50 puntos cero confianza, 100 puntos total confianza).
En febrero de 2018 el ICC se ubicó en 35.0 puntos. En febrero pasado, se ubicó en 48.8. Reducción en la desconfianza de los consumidores.
En enero pasado el ICC se ubicó en 46.5 unidades. En febrero pasado se ubicó en 48.8. Disminución en la desconfianza de los consumidores.
Tanto en términos anuales (comparando febrero de 2019 con febrero de 2018), como en términos mensuales (comparando febrero con enero), la desconfianza de los consumidores se redujo, lo cual ha permitido a más de un analista afirmar que la menor desconfianza de los consumidores, en la medida en la que se traduzca en una mayor compra de bienes y servicios, ayudará a lograr un mayor crecimiento de la economía, lo cual no es cierto: una mayor compra de bienes y servicios no es causa de un mayor crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para consumo final, el Producto Interno Bruto, que no depende de la compra de bienes y servicios, sino de la inversión directa que se destina, precisamente, a producir bienes y servicios y, por ello, a crear empleos y a generar ingresos.
Obviamente que, para que los empresarios inviertan directamente, deben tener la expectativa de que lo producido y ofrecido se demandará y comprará, pero la demanda y compra de bienes y servicios no es la causa de su producción y oferta, producción con la que se mide el crecimiento de la economía. Estamos hablando de actividades económicas distintas: producción, oferta y venta, por un lado; demanda, compra y consumo, por el otro, relacionadas entre sí por el intercambio (compra – venta).
Además hay que tener en cuenta que una menor desconfianza de los consumidores no necesariamente se traduce en una mayor compra de satisfactores, sobre todo cuando el ICC, con relación a la pregunta por las posibilidades, en el momento actual, comparadas con las de hace un año, para comprar enseres domésticos, se ubica en 29.2 puntos, compras de enseres domésticos, desde muebles hasta aparatos electrodomésticos, que comparadas con las de satisfactores básicos, desde alimentos hasta ropa y calzado, se realizan de manera mucho más frecuente, son las que incrementan la demanda.
Una menor desconfianza de los consumidores no necesariamente se traduce en una mayor compra de bienes y servicios, y una mayor demanda de compra de bienes y servicios no se traduce, por sí misma, ni en una mayor producción, ni en un mayor crecimiento, por más que los keynesianos crean que sí. La demanda no crea oferta. El consumo no crea producción.
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