En ningún momento ha dicho AMLO que no habrá aumento de impuestos. Lo que ha dicho es que no habrá aumento en términos reales, lo cual quiere decir que, con la intención de que la recaudación preserve su poder adquisitivo, sí habrá aumento de impuestos en términos nominales. Y eso, ¿qué supone? Lo aclaro con el ejemplo del salario.
Supongamos, uno, un salario de mil pesos, Supongamos, dos, una inflación esperada del 10 por ciento. Supongamos, tres, un aumento salarial del 10 por ciento, de tal manera que el nuevo salario es de mil cien pesos, que, dada la inflación del 10 por ciento, termina siendo igual, en términos reales, de poder de compra, que el de mil pesos: hoy, dada la inflación del 10 por ciento, con mil cien pesos compras la misma cantidad, de los mismos bienes y servicios, que ayer comprabas con mil pesos. Hubo un aumento nominal en el salario del 10 por cierto, pero en términos reales, en términos de poder adquisitivo, no hubo incremento.
En el caso del salario, y de cualquier otro precio, la diferencia entre lo real y lo nominal es clara. Pero, ¿qué supone esa diferencia cuando se trata de los impuestos, que no son un precio? Lo explico poniendo como ejemplo el caso del Impuesto al Valor Agregado, el IVA.
Supongamos, uno, un IVA del 10 por ciento. Supongamos, dos, una inflación esperada del 10 por ciento. Supongamos, tres, un aumento en la tasa del IVA del 10 por ciento, de tal manera que ahora es del 11 por ciento. ¿Resultado? La tasa aumentó en términos nominales, pero no en términos reales, ¡y habrá que ver qué sucede con la recaudación, porque a mayor tasa no necesariamente más recaudación (recuérdese a mi tocayo Laffer)!
¿Qué hubiera pasado del 2001 al 2018 si la tasa del IVA se hubiera incrementado según la inflación? Hubiéramos pasado de una tasa del 15 por ciento, la que se cobraba en 2001, a otra del 33.3 por ciento, la que se cobraría en 2018, lo cual hubiera dado como resultado un aumento del 122 por ciento en la tasa del IVA. La recaudación, ¿hubiera aumentado en la misma proporción?
Supongamos, primero, una inflación promedio anual del 4.5 por ciento para los próximos seis años, la misma que tuvimos del 2001 al 2018. Supongamos, segundo, que el gobierno de AMLO decide que el IVA aumente, a lo largo de su sexenio, en términos nominales. ¿Qué pasaría con la tasa? En 2019 sería del 16.72 por ciento; en 2020 del 17.47; en 2021 del 18.26; en 2022 del 19.08; en 2023 del 19.94, y en el 2024 sería del 20.84 por ciento. Si esto es lo que pasaría con la tasa del IVA, ¿qué sucedería con la recaudación del IVA?
Todo lo anterior, ¿es correcto? Por supuesto que no. Entonces, si la variable sobre la que actúa directamente el gobierno es la tasa impositiva, no la cantidad recaudada, ¿cómo hay que entender la afirmación de que no habrá aumento de impuestos en términos reales?
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