Terminó la transición entre el gobierno que se va y el que llega, misma que, en materia de economía, tuvo errores, cometidos por AMLO (pretender precios máximos para ciertos productos agrícolas; decidir no exportar petróleo; cancelar la construcción del NAICM; plantear que todos los salarios aumenten por lo menos lo mismo que la inflación; “consultas ciudadanas” para que el pueblo decida en qué debe gastar el gobierno; proponer a Gerardo Esquivel para subgobernador del Banco de México); por legisladores de Morena (la intención de Ricardo Monreal de eliminar comisiones bancarias); por legisladores del Partido del Trabajo, de la coalición Juntos Haremos Historia (proponer quitarle al Banco de México la autonomía y pretender la expropiación de los fondos de pensiones), por mencionar los más sonados.
El resultado inmediato y medible de tales errores fue que durante el largo proceso de transición la bolsa de valores perdió 12.5 por ciento (el índice pasó de 47,663.2 a 41,697.5 unidades), el tipo de cambio se depreció 3.4 por ciento (pasó de 19.69 pesos por dólar a 20.35), y, lo más grave de todo, la tasa de los bonos a 10 años aumentó 18.7 por ciento (pasó de 7.61 a 9.03 por ciento).
Todo lo anterior ya quedó en el pasado, ya forma parte de la transición que hoy termina, y a partir de hoy lo que importa es lo que viene, y lo que viene empieza con el discurso de toma de posesión de AMLO, que hay que analizar y comentar, algo que ya haré en próximos Pesos y Contrapesos, suponiendo que ello resulte de alguna utilidad para entrever el futuro, lo cual, por lo sucedido durante la transición, puede no ser el caso.
¿Qué credibilidad puede tener AMLO si un día dice una cosa y al día siguiente, con la mano en la cintura, se desdice, y todo ello en temas tan importantes como el del NAICM y el de la seguridad pública? Dijo, y allí están los videos, que si la iniciativa privada terminaba el NAICM su construcción seguiría adelante. A la hora de la hora la canceló. Afirmó, y de nueva cuenta allí están los videos, que el ejército debía salir de las calles y volver a los cuarteles. A la hora de la hora cambió de opinión.
Seguramente que en el discurso de toma posesión, y en lo referente a la economía, AMLO mandará un mensaje tranquilizador a los mercados, como lo hizo el 1 de julio, en el discurso del Hilton, cuando dijo que en su administración no habrá expropiaciones, que se respetará la libertad empresarial, que se mantendrá la autonomía del Banco de México, y que se mantendrá (suponiendo que realmente exista) la disciplina fiscal. De lo que hoy diga AMLO, ¿qué tanto debemos creerle?
En materia económica, y más allá de lo dicho por AMLO hoy, la primera prueba de su administración será el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos para el 2019.Y más vale que todo cuadre, sin más impuestos y sin más deuda, tal y como lo prometió AMLO.
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