Comisiones, tercera opción

En editorial anterior, ¿Eliminar Comisiones?, expliqué por qué eliminar las comisiones que cobran los bancos por los servicios que ofrecen sería un error, ya que ofrecer esos servicios tiene un costo que alguien debe pagar. Si no lo debe pagar el oferente debe pagarlo el consumidor. Si el gobierno prohibiera el cobro de comisiones, y los bancos no pudieran recuperar el costo de alguna otra manera (por ejemplo: cobrando mayores tasas de interés), la oferta de servicios desaparecería, en detrimento de los consumidores.

En el último Pesos y Contrapesos, ¿Regular Comisiones?, señalé el problema que se enfrentaría si, en vez de eliminar las comisiones bancarais, el gobierno intentara regularlas para que las mismas fueran las menores posibles, las que alcanzaran solamente para cubrir el costo de producción de cada uno de los servicios ofrecidos, problema que consiste en que el regulador conozca cuál es ese costo de producción, para lo cual los bancos tendrían que revelarle, de manera verídica, esa información. Los bancos, ¿la revelarían?

Si eliminar las comisiones bancarias sería un error (si el precio es cero la cantidad ofrecida sería cero, en perjuicio de los consumidores), y si regularlas para que sean las menores posibles (que alcancen nada más para cubrir el costo de producción del servicio ofrecido) resulta imposible, ¿no existe alguna otra opción para beneficiar, con menores comisiones, a los consumidores de los servicios de la banca? Sí, la “negociación” entre el gobierno y los bancos, para lo cual se necesita que el cobro de comisiones le genere a los bancos ganancias extraordinarias, que son las que exceden a la ganancia normal, que forma parte del costo de producción.

Supongamos que la mínima comisión que debe cobrar un banco para no incurrir en pérdidas es de 10 pesos, con los cuales recupera su costo de producción, incluida la ganancia normal. Supongamos que la comisión que cobra (y que el consumidor del servicio está dispuesto a pagarle, disposición sin la cual el banco no podría cobrarla), es de 15 pesos, por lo que el banco obtiene una ganancia extraordinaria, que le otorga un margen de maniobra de 5 pesos para reducir la comisión antes de incurrir en pérdidas y tener que suspender el servicio.

Si los consumidores pagan la comisión de 15 pesos el banco no tiene incentivos para reducirla, por lo cual no la reducirá, al menos que algo o alguien lo obligue. Ese algo es la competencia, ese alguien es el gobierno, quien tendría que dar alguna “razón convincente” para que el banco redujera “voluntariamente” su ganancia extraordinaria. ¿Cuál podría ser esa “razón”? Posibilidad: “O la reduces “voluntariamente”, dándote la oportunidad de que por lo menos obtengas la ganancia normal, o regulo yo las comisiones”.

Esta tercera opción, ¿sería realmente una negociación entre el gobierno y los bancos? ¿Sería lo correcto?

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .