Para darle una cachetada con guante blanco al neoliberalismo AMLO propone que los aumentos al salario mínimo no sean menores que la inflación, inflación que tendrá que ser la esperada para cada año próximo. Si, por poner un ejemplo, para 2019 se espera una inflación del 3 por ciento, el aumento que la Comisión Nacional para los Salarios Mínimos (cuya tarea es “establecer las bases y elementos para que la fijación de los salarios mínimos generales y profesionales eleven el nivel de vida de las y los trabajadores que lo perciben y de sus familias”), le otorgue al salario mínimo deberá ser, por lo menos, del 3.0 por ciento. Igual que la inflación esperada.
Cito a AMLO: “Quiero que se ponga en la Constitución, para que ustedes (los legisladores de Morena) lo analicen, lo estudien y como se dice en su caso se apruebe, que se ponga un renglón que diga algo así como los aumentos al salario mínimo nunca serán inferiores a la inflación. Que entre todos le demos una cachetada con guante blanco a la política neoliberal”.
Hay que distinguir entre pretender que los aumentos el salario mínimo no sean menores que la inflación esperada (preservar el poder adquisitivo del salario) y pretender que sean mayores que la inflación (aumentar el poder adquisitivo del salario), y tener claro que la propuesta de AMLO es a favor de lo primero, no de lo segundo.
Que el salario preserve su poder adquisitivo quiere decir que, con la misma cantidad de salario, al paso del tiempo, se compra la misma cantidad de los mismos bienes y servicios. Quiere decir que el bienestar de los trabajadores se mantiene constante. Por el contrario, que el salario aumente su poder adquisitivo quiere decir que, con la misma cantidad de salario, al paso del tiempo, se compra una mayor cantidad de los mismos bienes y servicios. Quiere decir que el bienestar de los trabajadores aumenta. La propuesta de AMLO es a favor de lo primero. De los males el menor.
Y escribo “de los males el menor” porque determinar el aumento del salario mínimo, o de cualquier otro precio, en función de la inflación esperada, genera presiones inflacionarias que, de convertirse en inflación, lo cual dependerá de la eficacia de la política monetaria para combatirlas, puede resultar contraproducente: si la inflación observada resulta mayor que la inflación esperada el salario mínimo pierde poder adquisitivo, de tal manera que con el mismo se compra una menor cantidad de los mismos bienes y servicios, por lo cual el bienestar de los trabajadores disminuye.
Para terminar, esta pregunta: lo que AMLO llama la política neoliberal, a la cual quiere cachetear con guante blanco, ¿supone necesariamente otorgar aumentos al salario mínimo por debajo de la inflación esperada? En el actual sexenio, del 2013 al 2018, el salario mínimo aumentó, en términos reales, ya descontada la inflación, 20.5 por ciento.
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