Nadie que haya vivido, observado o analizado las causas de la miseria y migración del campo mexicano, puede decir, con alguna dosis de razón, que es el resultado de políticas neoliberales, de derecha o capitalistas.
Las políticas económicas y sociales que rigieron el agro en México 77 años del siglo pasado fueron claramente de izquierda, socialistas. Quienes vean como un cambio nuevo el giro a la izquierda de las políticas agrarias en México ignoran el pasado reciente. Políticas de izquierda en el campo significan volver al pasado y revivir leyes que ya fracasaron.
La reforma agraria, que tomó fuerza con el presidente socialista Lázaro Cárdenas, estuvo vigente de 1917 a 1994 y repartió casi cinco veces la superficie cultivable.
No hubo seguridad en la propiedad privada, cualquier predio era invadido, expropiado y repartido entre ejidatarios o comuneros. Bastaba que un grupo de ejidatarios solicitara la ampliación de un ejido para reclamar las tierras amparados en esa solicitud, que invalidaban cualquier transacción notarial de compra venta entre particulares de esas tierras.
La inseguridad llegó hasta las áreas urbanas. Grupos de dizque ejidatarios, comandados por abogadillos pillos, extorsionaban a propietarios de predios urbanos ya con casas, con quitarles las tierras con base en alguna petición de expansión de un ejido solicitada hace 40, 50 o más años.
La principal forma de ocupación de la tierra el siglo pasado en México, como lo fue en la URSS, era la tenencia colectiva en ejidos y comunidades. Esa forma de organización social es claramente de izquierda, y fue la principal causa de la miseria, abandono de las tierras y migración de millones de campesinos a los Estados Unidos o a las ciudades, donde formaron los cordones de pobreza.
Decir que se va a revolucionar el campo con políticas de izquierda, que son las responsables de la pobreza de millones de campesinos, denota una gran ignorancia de la historia reciente de México y pone como solución la misma política que generó el atraso que se busca superar.
Revolucionar el campo es hacer las cosas mejor que antes, no regresar a políticas obsoletas que estancaron el nivel de vida de los campesinos.