Contamos ya con el primer dato del comportamiento de la actividad económica (AE) para el 2018. Me refiero al Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) para el mes de enero. ¿Cómo empezamos, en materia tan importante como es el crecimiento de la producción de bienes y servicios, el año?
En términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior) y desestacionalizados (eliminando los factores de calendario y estacionales, lo que permite una mejor comparación) la AE creció en enero 1.1 por ciento: menos 1.3 las actividades primarias (agricultura, ganadería, pesca, silvicultura, etc.); menos 0.3 las actividades secundarias (industria manufacturera); 2.0 las actividades terciaras (servicios). Estos resultados, ¿fueron buenos o malos?
Comparemos con enero del 2017. La AE creció 3.0 por ciento: 9.4 las actividades primarias; menos 0.1 las actividades secundarias; 4.1 las actividades terciaras. En cada una de las cuatro comparaciones las cifras del 2018 resultaron menores que las de 2017. Mal.
En términos mensuales (comparando cada mes con el mes anterior) y desestacionalizados la AE decreció en enero 0.7 por ciento: las actividades primarias crecieron 1.3; las secundarias ni crecieron ni decrecieron, 0.0; las terciaras decrecieron 0.4. ¿Cómo se comparan estos resultados con los del 2017? El año pasado la AE creció 0.1 por ciento: las actividades primarias 4.5; las secundarias 0.5; las terciaras 0.1. De nueva cuenta en cada una de las cuatro comparaciones las cifras del 2018 resultaron menores que las de 2017. Mal.
Ya sea que hagamos la comparación anual, ya mensual, las cifras del comportamiento de la AE en enero de este año resultaron menores que las del año pasado, lo cual apunta en la dirección equivocada. En materia de AE el reto que tenemos en México, mismo que venimos enfrentando desde hace 35 años, es elevar su crecimiento, mismo que ha resultado por demás mediocre. Reformas estructurales han ido y venido, primero las del salinato y ahora las de el peñismo, mismas que han tenido como objetivo principal elevar el crecimiento de la AE, y ésta no repunta, lo cual limita las posibilidades de un mayor bienestar para todos los mexicanos, sobre todo para el 47 por ciento de la población que sobrevive en la pobreza, incapaces de generar un ingreso que les permita, gracias a su trabajo, no a las dádivas gubernamentales producto de la redistribución del ingreso, satisfacer correctamente sus necesidades básicas, que son aquellas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la salud y/o la vida de la persona. Que el 47 por ciento de la población sobreviva en la pobreza es una vergüenza.
Por lo pronto, en materia del crecimiento de la producción de bienes y servicios, comparando enero de este año con enero del año pasado y con diciembre pasado, los resultados fueron malos. ¿Será esta la constante del 2018?
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