Durante los primeros cinco años del actual sexenio la economía creció, respectivamente, 1.4, 2.8, 3.3 2. 9 y 2.1 por ciento, esta última cifra según la estimación oportuna del Producto Interno Bruto, el PIB. Que la economía haya crecido a esos porcentajes quiere decir que la producción de bienes y servicios para el consumo final, el PIB, creció, de un año para otro, en esos porcentajes, que dejan mucho que desear. Si pusiéramos la casa en orden la economía mexicana podría crecer más. De hecho, debe crecer más. ¿Por qué?
El problema económico de fondo es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis. Condición necesaria para reducir la escasez, y elevar el bienestar, es que la producción de bienes y servicios crezca lo más posible, para que la oferta de bienes y servicios a disposición de los consumidores sea la mayor posible. El bienestar depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga, y el primer elemento de esta tríada, la cantidad, depende de cuánto se produce, de cuánto se ofrece. Conviene que se produzca lo más posible para que se ofrezca lo más posible, y como el crecimiento de la economía se mide por el comportamiento de la producción, entonces conviene que la economía crezca lo más posible, algo que no sucede con la economía mexicana, que debe creer más pero no puede crecer más. ¿Por qué?
¿De qué depende el crecimiento de una economía? De las inversiones directas, ID, que son las que abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos, y les permite, a quienes obtienen esos puestos de trabajo, generar ingresos. Una parte importante de la ID es la Inversión Fija Bruta, IFB, que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, proporcionando la infraestructura física para llevar a cabo la producción de satisfactores. ¿Cómo se ha comportado la IFB?
La última cifra disponible es para el mes de octubre del 2017, de tal manera que comparo el crecimiento anual de la IFB para el mes de octubre de cada uno de los cinco años ya transcurridos del sexenio: 2013, menos 4.4 por ciento; 2014, 8.7; 2015, 1.0; 2016, 0.9; 2017, menos 3.2. Sumamos dos años consecutivos con un crecimiento de la IFB cada vez menor, con el agravante de que en octubre pasado la misma decreció 3.2 por ciento. Entre enero y octubre del 2016 la IFB creció, en promedio mensual, 0.98 por ciento. Un año después, entre enero y octubre del 2017, decreció 1.41 por ciento.
¿Por qué en 2017 el crecimiento de la economía resultó menor que en 2016? Porque la IFB, y por lo tanto la ID, resultó menor. ¿Por qué la economía mexicana no puede crecer más? Porque directamente no se invierte más. ¿Y por qué directamente no se invierte más? Porque nuestra economía no es todo lo competitiva que podría, ¡y debería!, ser.
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx