El retiro del exceso de liquidez global provocará una depreciación de la moneda nacional en más de 20 por ciento, según lo dicho por el economista de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño. Su análisis ve similitudes entre el apretamiento monetario actual de la Reserva Federal con procesos anteriores de alza de tasas y de retiro de dólares de la circulación.
Su artículo causó revuelo entre el público al grado de viralizarse con distintos titulares amarillistas en diferentes notas que hablaban de una “inminente” debacle del peso. Pero veamos lo que dijo realmente Coutiño.
Desde su punto de vista, de cumplirse el supuesto de que la retirada de liquidez se dará en la magnitud similar de las dos crisis anteriores, el peso se dirige hacia una inminente depreciación significativa en los próximos meses.
Explica que la razón es simple, pues el exceso de liquidez mundial se acomodó en países emergentes como México y apreció en fuerte medida a la moneda mexicana, pero en el momento en que los bancos centrales comenzaron la retirada de sus estímulos cuantitativos el peso se desinfló en la misma magnitud en que subió.
Explicó que durante la crisis de 2009 el peso experimentó un ciclo de tres fases: Primero una depreciación inicial de 30 por ciento provocada por la aversión al riesgo, después una revaluación de 25 por ciento por las políticas monetarias expansivas y cerró el ciclo con una depreciación de 30 por ciento luego de que la Fed drenó la liquidez, un periodo que inició en 2014 y terminó en 2016 cuando el banco central normalizó la tasa de referencia.
Después, en la crisis que provocó el COVID-19 en el 2020 el ciclo para la moneda mexicana se repitió, afirma Coutiño – quien lleva más de 17 años al frente de Moody’s Analytics-. En los primeros cuatro meses del 2020 el peso se depreció 21 por ciento; después cuando la Fed inyectó liquidez y puso la tasa de referencia sobre el límite inferior de cero, el peso se revaluó más o menos en la misma proporción.
Actualmente el peso mexicano se ha mantenido estable aun cuando la Reserva Federal (Fed) estadounidense ha iniciado un nuevo ciclo de contracción monetaria, y Coutiño principalmente lo atribuye al flujo de remesas y las entradas de dólares por turismo, el cual se ha recuperado poco a poco a medida que las restricciones se levantan. Tiene razón.
“No obstante, si la historia se repite, entonces el peso tendría que sufrir una corrección deprecatoria de magnitud similar a la depreciación que se presentó en el inicio de la recesión”, afirmó.
El economista concluye que esa historia sí se repetirá, provocando una subida de la paridad cambiaria de alrededor del 20 por ciento.
Sobre la temporalidad, Coutiño dice que esta caída del peso podría ocurrir hacia finales de este año y a lo largo de 2023, pero que podría retrasarse hasta 2024, lo cual dependerá de la velocidad del apretamiento de la Fed y la respuesta del Banco de México.
Es decir, lejos de titulares amarillistas, la realidad es que Moody’s no dio una fecha exacta de cuándo espera una “gran devaluación” del peso, ni mucho menos. ¡Nadie tiene una bola de cristal!
Una cosa es cierta: la expectativa de Moody’s Analytics es la más pesimista entre los analistas, pues de acuerdo con la última encuesta de Citibanamex, donde se encuestaron a más de 20 especialistas, el consenso continúa estimando un tipo de cambio en 20.50 al cierre de 2022, mientras que, para el cierre de 2023, la paridad ahora se proyecta en 21.27 pesos por dólar, ligeramente por debajo del 21.30 de la encuesta anterior. Es decir, depreciaciones apenas del orden del 2 al 6 por ciento.
Certeza en la depreciación, pero no en la temporalidad
En Top Money Report hemos reiterado nuestro pronóstico de una caída fuerte del peso frente al dólar en los próximos meses y años. De hecho, considerando la cotización del oro físico en el mercado nacional, el tipo de cambio “implícito” o “valor real” del peso se ubica entre los 22 y 24 pesos como límites inferior y superior, respectivamente. Esto es una estimación más o menos en línea con la de Coutiño y Moody’s.
Insistimos: no es posible predecir el momento exacto de esta “devaluación”, pero sí que ocurrirá.
En todo caso, desde el punto de vista de la inversión en valor, la temporalidad es irrelevante. Lo que importa es que por ahora, el peso está sobrevaluado y es un gran momento para invertir en un activo refugio que se cotiza en dólares como el oro o en los propios dólares. Este tipo de cambio actual es insostenible a largo plazo. También es un buen tiempo para importar o para tomar vacaciones en el extranjero.
La liquidez por ahora es la reina, pero la liquidez en dólares con un “peso fortachón” – que en realidad es un gigante de papel-, es una oportunidad que las circunstancias nos regalan y no debemos desaprovechar.