Un huracán en la FEPADE, por caso Santiago Nieto

Es muy curioso que los casos de corrupción que en México caminan y se vuelven escándalo, son precisamente aquellos que se detonan en el extranjero y por tanto, no se pueden frenar por decreto, como se acostumbra en México.

¿Por qué es un escándalo la destitución de Santiago Nieto, el fiscal de la Fepade, que incluso tiene en ascuas al Senado de la República?… porque se vincula con una investigación de sobornos y corrupción que detonó en Brasil, como parte de las investigaciones que las autoridades de ese país llevan a cabo contra el consorcio brasileño Odebrecht por corrupción en el ámbito de la empresa petrolera Petrobrás y en otros 12 países, incluido México.

La Fepade, el organismo que persigue delitos electorales y que presidía el fiscal Santiago Nieto, tomó el caso porque uno de los implicados en él, delató a las autoridades brasileñas haber realizado pagos durante la anterior campaña presidencial de México por 10 millones de dólares a través de Emilio Lozoya Austin, quien luego se convirtió en el todopoderoso director general de PEMEX, mismo que en ese cargo firmó contratos millonarios con la empresa Odebrecht.

El caso Odebrecht ha tenido resonancia porque el famoso empresario Marcelo Odebrecht ya está preso y juzgado en Brasil cumpliendo una condena de 19 años.

Según la investigación que llevaba a cabo el fiscal Santiago Nieto, ese dinero entregado a Lozoya Austin en 2012 fue a parar a la campaña presidencial del PRI.

El hecho de que el fiscal Santiago Nieto haya sido destituido de modo fulminante y sin ninguna justificación lógica por el nuevo encargado de la PGR, Alberto Elías Beltrán, bajo el argumento de que “transgredió el código de conducta de la PGR”, levanta muchas suspicacias.

Santiago Nieto denunció, estando en el cargo de la Fepade, que Emilio Lozoya le presionó para exigir que el fiscal le exonerase públicamente de las acusaciones y ello nos pone en relieve, que el combate a la corrupción nunca llegará a los altos niveles porque por ahora, no existe la voluntad política de llevarla adelante y aún hoy persiste en la clase política “de alcurnia” la percepción de estar por encima de la ley, lo cual significa impunidad.

Esto también confirma que la justicia sigue estando supeditada a la política y que los funcionarios públicos que la encabezan, incluso de ese rango, no tienen la autonomía que debiesen.

Si el fiscal Santiago Nieto fue despedido por cumplir con su deber al encabezar una investigación contra un político de alcurnia, ¿qué podemos esperar de funcionarios del ámbito de justicia de menor rango?

Por ello es necesario que la recién creada “Fiscalía Anticorrupción”, que aún hoy está acéfala y ha sido motivo de grandes desacuerdos en el Senado, sea ocupada por un ciudadano que no tenga compromisos políticos, ni ningún tipo de dependencia del poder Ejecutivo, además de poseer mucho carácter, una fortaleza ética a toda prueba y una trayectoria limpia y transparente, tanto en su vida pública como en la privada y además, que la nueva Fiscalía General de la República, de donde dependerá el Fiscal anticorrupción, así como la FEPADE, ahora en su nueva era de una total autonomía, también esté encabezada por un funcionario comprometido con los valores y la ética.

Dejar en la impunidad este caso tan emblemático, vinculado con el escándalo internacional Odebrecht, tendrá un alto costo electoral para el PRI, tan alto que es más rentable aceptar la culpa y pagar las consecuencias que pudiesen derivarse de esto, que llegar con esta mancha a la elección del 2018.

No es que la sociedad mexicana sea corrupta por una característica congénita, ni por una condicionante cultural, como nos lo ha manifestado el presidente Peña Nieto, sino que nuestro sistema político es tan atrasado éticamente, que parece estar aún atrapado en los tiempos del general Gonzalo N. Santos,  conocido con el sobrenombre de el Alazán Tostado, cacique del Estado de San Luis Potosí durante varias décadas y quien en un desplante de ocurrencias externó la famosa frase por la que aún hoy es conocido, una perla del ingenio político: “La moral es un árbol que da moras”.

¿Usted cómo lo ve?

@homsricardo

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Ricardo Homs

Vicepresidente de la Academia Mexicana de la Comunicación, autor y conferenciante. Experto en liderazgo social, estrategias competitivas de negocios, marketing político y posicionamiento.