El fuerte repunte recién registrado en los mercados ha tomado por sorpresa a muchos inversionistas, así que es momento de analizar fríamente los escenarios, sin dejarnos llevar por la euforia del momento. Para ello revisaremos aquí a uno de nuestros analistas preferidos debido a que sus pronósticos son generalmente acertados, el CIO de Bank of America (BofA), Michael Hartnett, quien opina que es tiempo de comenzar a desvanecer ese rally alcista. Veamos sus razones.
En la más reciente nota privada a sus inversionistas, argumenta que el mínimo al que cayó el índice bursátil de referencia S&P 500 (el 27 de octubre) fue seguido por un “épico repunte de los activos de riesgo”, y aquí cabe mencionar que acertadamente aconsejamos a nuestros suscriptores Premium de la comunidad Top Money Report que entraran comprando un ETF.
Ahora bien, ante el amplio avance marcado por un estrechamiento de los diferenciales de la deuda de alto rendimiento, alzas en acciones de empresas de pequeña capitalización, en las de bancos regionales de Estados Unidos, de firmas de tecnología en dificultades y de activos expuestos a China, Hartnett sugiere que los inversores deberían reducir esas tenencias. Para proteger a nuestros lectores, nuestro propio analista técnico en jefe, Ismael De la Cruz, aconsejó a nuestros miembros colocar un “stop loss” que permita “amarrar” sus ganancias acumuladas.
Y es que los recientes movimientos en los rendimientos y en el precio del petróleo sugieren que la probabilidad de un aterrizaje suave está disminuyendo, lo que nos llevaría a una recesión de moderada a fuerte, acompañada de pérdidas bursátiles muy severas.
Pero lo más interesante es cómo Hartnett confronta la opinión mayoritaria recogida en la última Encuesta Global de Gestores de Fondos de BofA, la cual revela que para 2024 la aplastante mayoría de los inversores prevé un aterrizaje suave de la economía, menor inflación, tasas de interés y rendimientos más bajos, más tensiones geopolíticas, precios del petróleo más altos, un dólar más débil y acciones tecnológicas y de cuidado de la salud en niveles máximos.
Irónicamente, el estratega de BofA sostiene que el mayor valor de la encuesta es contradecirla. Y estamos de acuerdo. Por ello plantea lo que llama sus “12 angry trades” (12 trades enojados), opuestos a ese consenso, con una serie de estrategias de inversión contraria que serían exitosas si dichas previsiones resultaran incorrectas en 2024.
Las operaciones “enojadas”
De esas 12 operaciones contrarias aquí le compartimos algunas (explicaremos a nuestros suscriptores Premium más a detalle en nuestro canal privado de Telegram), tomando en cuenta que Hartnett es un analista muy acertado y que está en una posición privilegiada para hacer tal ejercicio, ya que es el compilador de la popular encuesta mensual:
– Los países que representan el 80 por ciento de la capitalización de mercado global celebrarán elecciones el año próximo. Si todas transcurren más suavemente de lo previsto, un trade exitoso serían precios del petróleo más bajos de lo esperado (la mayoría lo anticipa más caro), ya que el estrés geopolítico se refleja históricamente en más altos costos del energético.
– El 21 por ciento de los gestores de fondos visualizan una desaceleración brusca de la economía de EU y sólo el 7 por ciento pronostica nula ralentización. La mayoría cree en el “aterrizaje suave”. Pero Hartnett considera que una desaceleración brusca es posible y resultaría en la venta forzada de acciones tecnológicas conforme desaparece la tolerancia al riesgo. Los instrumentos económicamente sensibles en sectores como el industrial y el de consumo discrecional ganarían si no hubiera freno. Coincidimos.
– Sólo el 6 por ciento de los gestores de fondos prevén una inflación más alta, haciendo de la compra de bonos del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS) una operación “enojada” que valdría la pena tomar si –como vaticina Hartnett– los precios suben más de lo esperado. Asimismo, el 6 por ciento predicen mayores rendimientos de esos títulos, por lo que se esperaría la venta de acciones de empresas con niveles de deuda más elevados.
– Un gasto fiscal más lento en EU sorprendería al 91 por ciento de los gestores, que no estarían preparados para los rendimientos de bonos por debajo del 3 por ciento que Hartnett pronostica como consecuencia. Una minoría del 16 por ciento creen que la curva de rendimiento se aplanará en 2024, y si tienen razón, la maniobra de mercado conocida como aplanamiento bajista sería una operación “enojada” exitosa.
– El 88 por ciento creen que el dólar estadounidense se debilitará el año próximo. Si sucede lo contrario, el trade exitoso sería la venta de activos de mercados emergentes. Cuidado aquí con México, que entonces vería caer sus índices bursátiles y al peso.
– Se espera que China y el Reino Unido tengan un rendimiento inferior en 2024; la posición de baja ponderación del país asiático es la segunda operación más popular y el 86 por ciento de los gestores tienen baja ponderación en el Reino Unido. En ambos casos, las transacciones exitosas de sobreponderación son consideradas “enojadas”, según Hartnett.
– Otra operación “enojada” funcionaría si las empresas altamente endeudadas superan en rendimiento. (Parece contradictorio, pero históricamente ocurre cuando el crecimiento económico se acelera y las acciones de valor lideran el mercado.) Los fondos de inversión especializados en bienes raíces (REITs) superarán si el consenso está equivocado.
– La creencia más popular entre los gestores es que las acciones tecnológicas de gran capitalización liderarán, así que una posición corta en el Nasdaq 100 sería otra angry trade. Preferimos estar, pues, bajistas.
En resumen, Hartnett recomienda prepararse para lo inesperado en 2024, pues lo más probable es que el consenso vuelva a equivocarse en sus pronósticos. Es por ello que debemos analizar los escenarios contrarios.
Otros aspectos a considerar
- 2022 fue mucho más fácil de navegar que 2023, un año con un mercado traicionero, un “oso disfrazado de toro”. Se requiere mayor astucia para identificar tendencias.
- En 2024 habrá elecciones en países que representan el 80 por ciento de la capitalización de mercado global, lo que implica mayor gasto fiscal para complacer al electorado, lo cual puede ser inflacionario si los bancos centrales no lo compensan.
- El indicador Bull & Bear de BofA sigue en modo “compra” por quinta semana consecutiva. No obstante, tras la actual euforia es momento de desvanecer cualquier rally por encima del rango objetivo de 4,550 en el S&P 500.
Como inversionistas debemos mantener una mentalidad ágil y no aferrarnos a pronósticos de consenso, que suelen fallar. Evaluar fríamente escenarios alternativos, incluso si son impopulares y contrarios a la opinión mayoritaria, será crucial para sortear con éxito la volatilidad de 2024.
En los mercados, llevar la posición contraria suele conducir más al éxito que seguir a la mayoría, sobre todo si esa mayoría de “lemmings” van corriendo en manada hacia el acantilado.