La inflación en todo el mundo sigue galopante, no hay quien la detenga, y de hecho las perspectivas apuntan a que los precios seguirán incrementándose y afectarán a todas las economías (o sea, habitantes) del globo.
Un ejemplo claro es lo que publicó el portal de noticias Remix News, quien recoge una entrevista que le hizo el periódico alemán Rheinische Post a Klaus Müller, director de la Agencia Federal de Redes de Alemania, advirtiendo una escalada sin precedentes del precio del gas.
Klaus Müller, que dirige la oficina reguladora de la electricidad, el gas, las telecomunicaciones, los servicios postales y el ferrocarril, advirtió que la escasez de gas y los elevados precios impactarán a todo el país y llevará a la quiebra generalizada de muchas empresas. En tanto, los bancos aumentarán su negocio con préstamos a plazos, y las empresas en dificultades caerán en la insolvencia.
Müller espera que los precios del gas sigan subiendo, lo que provocará un aumento de la inflación que va más allá de la energía. También advierte que habrá una dramática falta de gas en invierno.
Aunque el gobierno está presionado a las empresas y a los ciudadanos para que reduzcan su consumo de energía, esa presión podría llegar en forma de nuevas leyes y reglamentos en el futuro.
Por otra parte, Müller alerta que las empresas se enfrentarán a quiebras masivas y es pesimista sobre la inflación en Alemania, ya que espera que la situación se deteriore.
Las hipotecas
Otro ejemplo muy claro son los incrementos de las tasas hipotecarias en Estados Unidos, que de acuerdo con el análisis de la firma Redfin, dichas tasas a 30 años han aumentado a un nivel por encima del 6 por ciento, que es un nivel visto por última vez antes de que estallara la burbuja inmobiliaria.
Además, el pago hipotecario promedio de una hipoteca mediana subió en casi $800 dólares en los últimos 6 meses. Esto está haciendo que la vivienda sea la más inasequible de la historia de EU y que las ventas de casas nuevas caigan al ritmo más rápido desde el pico de la crisis del Covid.
El economista jefe de Redfin, Taylor Marr, si bien comenta que el mercado de la vivienda no se está derrumbando todavía, sí está experimentando una “resaca” a medida que desciende desde un máximo que era insostenible.
“La demanda de vivienda ya se ha enfriado significativamente hasta el punto de que la industria ha comenzado a enfrentar despidos”, asegura Marr.
Mientras tanto, todo mundo está subestimando la inflación
A pesar de las claras señales de advertencia, aún la mayoría de la gente y funcionarios gubernamentales está subestimando cuánto más la inflación podría escalar. Esto, sin contar lo que eso significa: que arrastrará a alzas de tasas de interés no vistas desde inicios de los años 1980.
Los inversores se han acostumbrado a que durante todo este siglo la Fed ha estado ahí para salvar a Wall Street y en general a los activos de riesgo bajando los tipos de interés e inyectando liquidez masivamente.
Sin embargo, esta vez será diferente, ya que por primera vez desde el ciclo inflacionario de los años 70 del siglo pasado –tras la separación del dólar del Patrón oro–, la inflación es un grave problema y sólo tasas también históricamente altas y un retiro masivo de dinero del mercado por parte de la Fed (y otros bancos centrales), podrán detener esta histórica escalada de precios provocando una nueva “Gran recesión”.
Y es que justo el problema es que tasas más altas significan también que millones de personas, así como miles de empresas y hasta países enteros quebrarán ante la dificultad de seguir financiando sus créditos con tasas elevadas. ¡Pero no habrá de otra para los bancos centrales!
Los inversionistas parecen no haber entendido las diferencias de esta crisis creada por los gobiernos y por el actual sistema monetario basado en dinero de papel, respecto de las anteriores. NO, esta vez la Fed NO rescatará a Wall Street, o al menos, no lo hará hasta que haya “domado” a la inflación con una debacle económica de grandes proporciones.
Entonces y sólo entonces, cuando su temor sea la DEFLACIÓN, la Fed volverá a la carga con baja de tasas y creación monetaria infinita. Mientras tanto, el mejor lugar para estar es en refugios reales, específicamente en oro y en menor medida en dólares, porque la destrucción masiva de riqueza que ocurre ante nuestros ojos – arrastrando a la baja los valores de las acciones, divisas débiles y criptomonedas- todavía no ha terminado.