Cada vez son más las señales que evidencian la fragilidad real de las finanzas públicas de México, pues a la creciente deuda pública, al déficit fiscal y a la falta de eficiencia en el gasto se suma una nueva preocupación en la gran mayoría de los municipios del país, todo lo cual genera una alarmante situación que requiere ser atendida pronto.
Para ser preciso le comparto lo dicho por César Garza Villarreal: en los próximos meses, el 95 por ciento de los municipios de México enfrentarán una grave crisis de liquidez debido a la muy considerable disminución en las participaciones federales. Y él debe saber algo del tema, pues es el presidente de la Conamm y de la Fenamm, la Conferencia y la Federación Nacional de Municipios de México.
En entrevista citada por agencias, señala que la delicada situación en la que se encuentran los municipios se debe a que el gobierno federal no tiene capacidad para atender esta emergencia dado el debilitamiento del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), ocasionado por las políticas de subsidio a las gasolinas y las altas tasas de interés.
Cifras de la Secretaría Hacienda revelan que las participaciones a los estados y municipios del país durante los primeros cuatro meses de 2023 sufrieron la mayor caída en 14 años, del 8.3 por ciento, en comparación con igual período de un año antes, totalizando 411,614 millones de pesos.
Tan grave situación se vive en todo México –asevera Garza Villarreal–, ya que la disminución en las participaciones ha exacerbado la crisis financiera de los municipios, que se intensificó con la desaparición de fondos federales concursables (destinados a obras de infraestructura en beneficio de las comunidades) como el de Seguridad y el Metropolitano.
La falta de estos fondos, sumada al descenso de las participaciones federales, han llevado a estados y municipios a implementar programas de recorte en el gasto y reducción de personal, lo que ha tenido un considerable impacto en la inversión en infraestructura.
Aun así, los municipios no han recibido los recursos del FEIEF, a los cuales tienen derecho en caso de una caída en las participaciones.
Y, según expertos, incluso si se aplicara ese fondo en su totalidad sólo cubriría un 20 por ciento de la disminución de las participaciones a nivel nacional, insuficiente para enfrentar la contingencia.
Dificultades adicionales
En medio de la recuperación económica tras los estragos causados por la pandemia de Covid-19, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) también advierte que los gobiernos locales enfrentarán un escenario financiero más complicado en comparación con los primeros años de la crisis sanitaria.
Este centro de investigación precisa que las participaciones federales en abril registraron su peor resultado en casi tres años, lo que ha generado preocupación. Así que los próximos meses serán difíciles para los estados debido al panorama federal actual, caracterizado por presiones inflacionarias, la baja en la recaudación de los impuestos al valor agregado (IVA) y sobre la renta (ISR), así como el aumento en los costos financieros.
Y aunque los estados buscarán hacer ajustes en respuesta a tales factores, 2023 se convertirá en uno de los años más desafiantes para las entidades federativas, porque los recursos de los fondos de estabilización (utilizados para paliar los impactos iniciales de la pandemia) se han agotado o se encuentran en niveles muy bajos.
Es por eso que los estados habrán de enfrentar dificultades adicionales para mantener el equilibrio en sus finanzas públicas y cumplir sus responsabilidades.
En resumen: hoy la parte más delgada del hilo está cada vez más cerca de romperse, pero el verdadero y más grave problema está todavía por estallar, cuando el dinero de todos los cajones, los fideicomisos, institutos y dependencias desaparecidos, se acabe para el gobierno Federal.
La economía resiste por ahora gracias a ese dinero que está siendo derrochado en caprichos presidenciales financieramente inviables, pero con certeza matemática esa situación no durará para siempre. Quien no esté tomando previsiones desde hoy, lo lamentará mucho después.