Un funcionario del SAT (Servicio de Administración Tributaria) manifestó que iniciarían una investigación para determinar si Estados Unidos se había convertido en un paraíso fiscal al bajar impuestos. Aunque a los pocos días la SHCP señaló que no harían esa investigación, quedó de manifiesto que muchos funcionarios consideran un bien para la sociedad aumentar impuestos y una política antisocial reducirlos.
México es un ejemplo de que aumentar impuestos no genera mayor bienestar social. En el gobierno pasado se incrementaron los impuestos a niveles récord, y solo se logró en los primeros años, transitoriamente, un aumento en la captación fiscal. El incremento de impuestos fue acompañado de más gasto público, un menor crecimiento, menos inversión, más deuda y corrupción.
Si a un país con bajos impuestos lo rotulan como un paraíso fiscal, México es entonces lo contrario: un infierno fiscal. El impuesto al consumo, IVA, es del 16% en México, mientras en Texas y California es del 7 al 8%, la mitad. La proporción de impuestos que por diversas vías pagan las empresas de sus utilidades, según el Banco Mundial, suman en EUA un 36.6%, mientras en México alcanzan el 55.1%. Más de la mitad de las ganancias van al socio mayoritario de todas las empresas: el gobierno, pues se queda con la mayor parte.
La complejidad y tiempo gastado en cumplir con los reglamentos relacionados con el pago de impuestos representa 286 horas en México, un tiempo 63% mayor que en EUA, 175 horas. Esas “reformas” complicaron la emisión de facturas. Antes, me decía un contador, un micro o pequeño empresario emitía en 5 minutos una factura, ahora muchos de ellos sin computadora no la pueden entregar, y aún con computadora tardan más tiempo en emitir una. En EUA se pueden pagar los impuestos en efectivo, con cheque, personalmente o por correo, no se requiere necesariamente de una computadora ni de internet para pagarlos.
En México el principal problema social no es la evasión fiscal sino el robo de los impuestos, que deslegitima su cobro, como lo explico en el libro ¿POR QUÉ LOS IMPUESTOS SON UN ROBO?
México se convirtió en un infierno fiscal, y si el actual gobierno sigue aumentando impuestos y su costo para pagarlos, migraran los inversionistas a los “paraísos fiscales” y tendremos menos inversión, menos empleos y menos crecimiento.