En una entrevista del diario español El País a Carlos Urzúa, reiteró los errores cometidos por el presidente, a quien se los advirtió como Secretario de Hacienda, pero no le hizo caso, como tampoco Luis Echeverría a su primer Secretario de Hacienda, que también renunció.
Urzúa tiene razón en la mayoría de sus comentarios, pero cayó en el “síndrome de la escasez de dinero” que lleva a muchos secretarios de Hacienda a buscar una mayor recaudación y más impuestos, para que el gobierno cumpla con sus fines.
Un dato que apoya esa creencia es la baja captación fiscal en México con relación al PIB, que según la OCDE es del 16%, mientras en EUA es de un 24%. Esas cifras nos pueden llevar a la falsa conclusión que el problema fiscal en México es la baja carga fiscal. Una cosa es la recaudación fiscal y otra la carga fiscal. Diferencia que pasan por alto la mayoría de los Secretarios de Hacienda.
En México, más del 50% de la economía funciona en el sector informal, que no paga impuestos, y obligarlos a pagarlos tronaría a la mayoría de las pequeñas empresas y auto-empleados, que conforman ese sector. La causa del gran porcentaje de emprendedores en el sector informal es lo caro y complicado que resulta ser parte de la economía formal: altos impuestos, Seguro social, INFONAVIT, y dedicar mucho tiempo y dinero para cumplir con los miles de requisitos de ser formal.
En Canadá el impuesto a las empresas, equivalente al ISR en México, es del 15%, en EUA del 21% y en México del 30%. En Canadá los impuestos federales al consumo rondan el 5%, en los Estados fronterizos de EUA del 7 al 8% y en México son del 16%.
Si tomamos el total de tributos sobre las ganancias de una empresa, según datos de Banco Mundial y Doing Business, en Canadá son del 24.5%%, en EUA 36.6% y en México del 55.1%.
A mayores impuestos a las ganancias, menos empleos y menor PIB, pues impuestos e inversiones salen de la misma bolsa: más impuestos menos inversión, menor crecimiento, más desempleo y menos oportunidades para que los pobres salgan de pobres.
La solución fiscal no es aumentar los ya altos impuestos, sino reducir el gasto del gobierno, que generalmente no se traduce en un mayor crecimiento neto, pues lo que mal invierte el gobierno lo deja de invertir el sector privado. El mayor gasto público no promueve un crecimiento duradero, solo burbujas de crecimiento que terminan en estanflaciones.
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