Más impuestos o menos gasto

En su primer año de gobierno, el entonces presidente Peña Nieto anunció un aumento de impuestos para compensar la caída de los precios del petróleo. Exhibieron datos donde mostraban la baja captación fiscal con relación al PIB, la gran evasión de impuestos que existía, y nos recetaron más impuestos, leyes y reglamentos, que obligaron a las pequeñas empresas a comprar computadoras, contratar despachos contables y reducir sus ganancias e inversiones. Ahora, con el nuevo gobierno, cuyo presidente prometió no aumentar los impuestos, se repite la historia con algunas variables. Como dirían los buenos amigos yucatecos, “se aumentan, pero no se aumentan”.

El problema es que el gobierno de AMLO al igual que el de EPN pasa por alto o no quiere ver, que el principal problema de las finanzas públicas es el exceso de gasto.

En el sexenio de EPN se gastó más, creció el llamado gasto social y millones se destinaron a la “lucha contra la pobreza”. El Secretario de Hacienda dijo en 2013 que gastarían más para incentivar la economía y el empleo, al final se creció menos. Lo que creció fue el número de pobres, la deuda y la corrupción.

Ahora se habla de “austeridad republicana”, pero el gasto programado para el 2020 es record en la historia de México. Hay austeridad en algunos sectores, como salud, que se refleja en la escasez de medicamentos y material médico, pero se gasta más dinero innecesariamente en cancelar un aeropuerto y construir y ampliar otros. Tan solo en la recompra de deuda que se había contratado en el extranjero para construir Texcoco se pagarán 6,000 millones de dólares por no hacer nada, equivalentes a 120,000 millones de pesos, cantidad parecida al presupuesto proyectado para la Secretaria de Salud el 2020.  Esa cantidad se puede ahorrar si se deja que empresas particulares construyan el aeropuerto de Texcoco. Ese derroche innecesario de recursos fiscales también es corrupción (ver el estudio Santa Lucía o Texcoco, publicado por cisle.org.mx).

Si el actual gobierno quiere hacer algo diferente al “gastalón” y corrupto gobierno anterior, que reduzca racionalmente su gasto. Hay mucha tela de dónde cortar, empezando por los aeropuertos. AMLO debe tener claro que el principal problema de México es el excesivo gasto público, en gran parte derrochado o robado, y no la falta de ingresos del gobierno.

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Luis Pazos

Conferencista de temas económicos, financieros y políticos. Autor de libros sobre economía, finanzas y análisis político.