Al iniciar mis funciones como legislador en la Cámara de Diputados en el periodo 2000-2003, me preocupó que alrededor del recinto se instalaron casas de campaña en las cuales, en condiciones muy precarias, pernoctaban hombres, mujeres y niños. Después de varios días sin que nadie aparentemente les hiciera caso, me comuniqué con el Secretario de la Cámara y le pregunté porque no atendían las peticiones de ese grupo. El Secretario me explicó que el líder se dedicaba a pedir dinero. Me dijo que ya el gobierno del Presidente Zedillo le había dado 10 millones de pesos para teóricamente construir viviendas en sus pueblos, pero que pedir a cambio de levantar plantones era el modus vivendi del líder.