La engañosa fortaleza del peso mexicano, que ya ronda las 17 unidades por dólar, en realidad es un fenómeno artificial resultante de la manipulación de su precio (como ya le he comentado en este espacio), y ya causa estragos en la economía del país, impactando negativamente a sectores productivos, personas y empresas que cotizan en Bolsa.
Ya somos más quienes, basados en la razón, afirmamos que esa apreciación es producto de una valuación errónea, que ahora mismo se vuelve en contra de la exportación de productos agrícolas, de los ingresos por remesas y hasta de las utilidades de las empresas nacionales. Y como si eso no bastara, las medidas arancelarias a las importaciones –recién anunciadas por el gobierno la semana pasada– amenazan con agravar aún más la situación.
Una de las áreas más afectadas por dicho fenómeno es la industria agroalimentaria, que se ha visto perjudicada por su pérdida de competitividad en los mercados internacionales debido al tipo de cambio artificialmente elevado.
Le doy un simple ejemplo: las exportaciones de aguacate disminuyeron ya un 17 por ciento, como da cuenta el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Esa caída en las ventas del “oro verde” de México se atribuye directamente a la apreciación del peso, pues incrementa los costos a los compradores extranjeros.
También la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries) ha informado sobre los impactos negativos en el sector, pues la sobrevaluación de nuestra moneda (responsabilidad casi absoluta del Banco de México) ha resultado en que los ingresos por las ventas al exterior de frambuesas, arándanos, zarzamoras y fresas decrecieran un 15 por ciento.
Los productores de tomate, por su parte, una de las principales exportaciones agrícolas de México, han sufrido pérdidas significativas. La Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (Caades) estima que las utilidades de sus agremiados se reducirán en 6,300 millones de pesos.
Un sector más al que le está pasando factura el espejismo de la fortaleza del peso es el manufacturero. Aquí otro botón de muestra: los productores de calzado de exportación enfrentan una disminución de hasta un 12 por ciento en sus utilidades, según la oficina de Reactivación Económica de León.
Y dígame si no es para preocupar que la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) ha advertido sobre el riesgo que enfrenta el 40 por ciento del sector fabril en el país debido a la sobrevaluación de la divisa mexicana.
Ramas especialmente sensibles, como la cadena automotriz y la industria del vestido y el calzado, hacen sus compras de insumos en dólares, pero no pueden encarecer sus productos porque con ello provocarían que los consumidores voltearan la mirada a las mercancías de China o algún otro país asiático.
¿Y las cuentas con el exterior?