Mientras el mundo observa la escala del conflicto luego del ataque sorpresa perpetrado contra Israel por el grupo terrorista Hamas y sus implicaciones en los mercados energéticos, una sombra más oscura se cierne sobre la economía global: una posible crisis de deuda. ¡Y la soga siempre se rompe por lo más delgado!
Efectivamente, el conflicto armado no sólo ha sacudido la estabilidad política en Medio Oriente, pues los mercados financieros internacionales, golpeados ya por las altas tasas de interés y la falta de certeza en las políticas monetarias, ahora enfrentan una nueva incertidumbre en las relaciones geopolíticas.
Y nada afecta más a los inversionistas que el miedo a lo incierto.
Lo dicho nos sirve para recordar lo frágil que es la economía y sobre todo el sistema financiero mundial, muy sensible a hechos inesperados, imprevisibles, sorpresivos como éste que afectará a los mercados y muy probablemente a los activos de riesgo, bolsas de valores, divisas como el peso, las criptomonedas y demás. Hay que estar atentos.
Uno de los efectos inmediatos de la ofensiva del Hamas y la consiguiente declaración de guerra de Israel ha sido la preocupación por el precio del petróleo.
Analistas advierten que el conflicto armado podría llevar a un aumento significativo en los precios del crudo en el corto plazo, con estimaciones que sugieren que podría alcanzar hasta los 150 dólares el barril. De suceder, sería una terrible noticia para la inflación.
Es importante destacar, sin embargo, que hasta ahora la producción global de petróleo no se ha visto afectada, lo que limita el impacto en el equilibrio entre la oferta y la demanda en las próximas semanas.
Con este apunte coincide Daan Struyven, estratega jefe de commodities del influyente banco Goldman Sachs (GS), quien señala que la actual incertidumbre no ha alterado aún significativamente el mercado del petróleo. Así, GS mantiene su pronóstico de que el precio del crudo Brent aumentará gradualmente a 100 dólares el barril para junio de 2024. Una subida más lenta pero consistente.
A largo plazo, no obstante, hay dos posibles implicaciones que podrían afectar el suministro global de petróleo:
Reducción de la probabilidad de paz saudí-israelí. El conflicto en Gaza ha disminuido la probabilidad de que Arabia Saudita suba su producción de petróleo a corto plazo como parte de un acuerdo con Estados Unidos. Esto podría mantener estable la extracción de crudo saudí en 9 millones de barriles diarios en 2024, lo que aumentaría el precio del Brent a 104 dólares el barril en diciembre de ese año, según el análisis de Goldman Sachs.
Riesgos a la baja para la producción de petróleo iraní. Antes de los eventos en Gaza, la extracción de crudo iraní estaba creciendo debido al descenso de las tensiones regionales. Sin embargo, con el conflicto armado en curso se han elevado los riesgos, lo que podría resultar en una reducción de la producción y un alza fuerte en los precios del oro negro a escala mundial.
En el ámbito geopolítico, la posibilidad de que el conflicto se intensifique y se involucren otros actores, como Irán, genera una mayor inestabilidad en la región, la cual tendría efectos significativos en los mercados financieros y en la producción de crudo.
Debido al conflicto en Gaza existe una menor probabilidad de que Arabia Saudita aumente su producción de petróleo a cambio de un acuerdo con Estados Unidos, sugiere The Wall Street Journal.
Además, es posible que Israel tome medidas drásticas, como atacar las instalaciones nucleares de Irán, lo que podría catapultar los precios del crudo por encima de los 150 dólares el barril, según Dan Alamariu, estratega geopolítico principal de la empresa de estudios de mercado Alpine Macro.
La amenaza de una crisis de deuda global
Antes, incluso, de la guerra en Israel, Estados Unidos y otros países se enfrentaban ya a niveles de deuda históricamente altos, mientras que las tasas de interés continúan aumentando. O sea que a este ya por sí solo problema grave se ha sumado uno que lo agrava todavía más en el peor momento.
La combinación de estos factores plantea el riesgo de que países, bancos y grandes empresas no puedan cumplir con sus compromisos de deuda debido al encarecimiento del crédito.
Y esto va a tronar la cuerda por el hilo más delgado, que podría ser algún país, un banco o una gran empresa que quiebre al ya no poder hacer frente a sus compromisos de deuda, justamente por la subida de tasas.
En este sentido, Ray Dalio, afamado fundador de la gestora de inversiones Bridgewater Associates, advierte sobre la inminencia de una crisis de deuda en Estados Unidos.
“Vamos a tener una crisis de deuda en este país. Cuán rápido ocurra, creo que dependerá de esa cuestión de oferta y demanda, así que estoy observando eso muy de cerca”, dijo a CNBC.