“El 10% más rico de la población mexicana concentra el 39.7% del ingreso, de acuerdo con el Banco Mundial”. Esas noticias les encantan a los políticos que proponen una utópica sociedad donde todos tengan el mismo ingreso, que para lograrlo, dice la izquierda “moderna”, hay que aumentarles impuestos a los ricos para a través del Estado transmitírselos a los pobres.
En Francia aumentaron los impuestos a los ricos al 75%, salieron capitales, bajó la inversión, el crecimiento y aumentó el desempleo. En Venezuela expropiaron empresas para lograr una sociedad más igualitaria y lo lograron: la mayoría, antes clase media, son ahora iguales en la pobreza.
En China el siglo pasado el socialismo logró que más del 95% de sus habitantes fueran iguales, en la miseria. Solo una minoría de altos funcionarios vivían mejor. Cuando abrieron sus puertas a la inversión extranjera y permitieron empresas privadas, aumentó la desigualdad. Hay más de 200 multimillonarios y millones de clase media con casa y auto. Antes, los únicos chinos que tenían auto y salían de su país
eran los altos funcionarios; ahora, se ven en Europa miles de turistas chinos, que son parte de una China con ingresos en su población más desiguales que el siglo pasado.
El problema social no es la desigualdad, medida por los ingresos en dinero de cada habitante, sino la pobreza, que se mide por la cantidad y calidad de bienes y servicios que tiene cada habitante a su alcance. En los países con ingresos más desiguales, como Chile, se redujo más la pobreza, mientras en el país con mayor igualdad en Iberoamérica, Cuba, la mayoría tiene pocos productos a su alcance, son iguales en
la pobreza.
La búsqueda de la igualdad debe ser ante la ley y de oportunidades, sin distinción de posición social, razas ni sexo. La igualdad de ingresos, en su intento de alcanzarla, crea una burocracia improductiva que se queda con la mayor parte de lo que reparte y desincentiva a los productores de riqueza, que son los únicos que reducen la pobreza.
Para analizar con datos y razonamientos lógicos la desigualdad económica, no solo hacer politiquería barata y demagogia con las cifras de la desigualdad en los ingresos, recomiendo leer mi libro Desigualdad y distribución de la riqueza, publicado por Editorial Planeta Mexicana.
*Profesor de Economía Política.
Twitter: @luispazos1