Cuando un país es regido con políticas populistas se convierte en menos favorable –por ejemplo– para la libertad y los negocios, y como México navega ya por esas aguas y se ve posible (sólo posible) que el sello del siguiente sexenio sea el mismo, lo aconsejable es tener un plan B.
Por lo normal, el deterioro institucional, económico y social causado por un gobierno con tintes socialistas tiende a ser relativamente lento, unos 10, 15 o hasta 20 años, y para salir a flote de escenario tal, una opción viable puede pasar por tener la residencia legal en otro país o una doble nacionalidad.
Así que en situaciones como ésa y otras más, ya sean desastres naturales, guerras o pandemias, aplica la segunda regla del manual de juego del entrenador de futbol portugués José Mourinho: “Si está preparado para lo peor, entonces está preparado”.
Por tanto, si su plan B incluye mudarse a un país con clima favorable –según sus necesidades– para la libertad, la seguridad, los negocios, la salud, la educación, preservar la riqueza, pagar menos impuestos…, de forma permanente o temporal, la clave es que tiene que viajar y, por tanto, contar con pasaporte, que entre más poderoso sea, mejor.
Y para determinar las mejores ciudadanías del mundo, la consultora Nomad Capitalist, con sede en Dubai, elabora el Índice de Pasaporte Capitalista Nómada, que clasifica a 199 países tomando en cuenta cinco criterios: viajes sin visa (50 por ciento), impuestos a los ciudadanos (20), percepción global (10), doble ciudadanía (10) y libertad personal (10).
La mejor elección
Entre los mexicanos es común pensar que una buena elección consiste en mudarse a Estados Unidos, que si bien recibe las mejores calificaciones por permitir libremente que sus ciudadanos tengan la doble nacionalidad, obtiene puntuaciones medias en percepción global y libertad personal, por lo que se ubica en el escalón 44 del índice.
Los 10 primeros países en el ranking (ocho de los cuales son europeos) destacan en los criterios de viaje sin visa, leyes fiscales, percepción global, doble nacionalidad y libertad personal, encabezados por Suiza, que “ofrece a sus ciudadanos niveles excepcionalmente altos de libertad y privacidad”.
Su neutralidad facilita que sus ciudadanos “sigan siendo algunos de los viajeros más respetados del mundo”, y también resalta porque sus leyes de doble nacionalidad “garantizan que los expatriados puedan acceder a su propia porción de la felicidad suiza”, apunta la consultora.
En segundo lugar está Irlanda, pues aunque tuvo un “ligero cambio en sus bajas tasas impositivas corporativas”, sus puntajes de visas de pasaporte se encuentran entre los más altos. Además, gracias a su excelente reputación internacional, sus ciudadanos viajan –en general– sin complicaciones.
Les siguen en el ranking Portugal, Luxemburgo, Finlandia, Emiratos Árabes Unidos, Países Bajos, Noruega, Alemania y Nueva Zelanda. México, que permite la doble nacionalidad desde 1998, aparece en el lugar 55, empatado con Costa Rica.
En fin que tener doble o múltiples nacionalidades puede darnos importantes ventajas, que incluyen oportunidades de empleo, derecho a acceder a beneficios sociales (como educación, cuidados médicos, pensiones), derechos de propiedad y derechos de residencia irrestricta; todas, necesidades para el inversor inteligente del mundo moderno.