Debido al espectacular repunte que ha llevado al peso mexicano a niveles no vistos desde diciembre de 2015, no han faltado los confiados en que ese fortalecimiento será sostenido. Nada más alejado de la realidad, ya que esta apreciación de nuestra moneda es circunstancia – no fundamental- y conlleva riesgos a tener muy en cuenta.
Pero ¿qué impulsa esta tendencia alcista? Son diversas fuerzas y circunstancias tanto externas como internas impulsadas por ejemplo por tasas de interés muy superiores a la inflación en México, fuertes entradas de remesas, perspectivas de inversiones por el fenómeno de “nearshoring” (la mudanza de fábricas o parte de ellas del país de origen a otro cerca donde todo sea más barato), así como un marcado “carry trade” (es decir, la explotación de la diferencia entre las tasas de interés de los bancos centrales), lo que estimula la inversión “golondrina” y con ello la demanda artificialmente alta del peso.
En tanto, algunos analistas financieros –basados en la razón– coinciden con nuestro análisis y alertan que la moneda nacional se encuentra en una posición delicada, con señales de estar sobrevaluada y propensa a una sobrevaluación excesiva en burbuja antes de una eventual explosión.
Cuente entre ellos a los analistas del banco Goldman Sachs y de la correduría brasileña XP Investimentos, pues a pesar de que actualmente el peso parece estar en camino de continuar fortaleciéndose, advierten que el escenario podría cambiar a mediano plazo.
Goldman Sachs expresa su preocupación en torno de la apreciación del peso mexicano al señalar que se ha producido una “valuación errónea” ocasional de la moneda.
La analista de ese influyente banco a nivel global Teresa Alves estima que el peso podría seguir fortaleciéndose aún más y alcanzar los 15.10 por dólar si la manipulación de su precio se vuelve “extrema”. Coincidimos con ese análisis también en Top Money Report.