Es sorprendente el crecimiento económico que está experimentando México en 2023 y las perspectivas para 2024 también lucen positivas. Esa expansión del Producto Interno Bruto (PIB), sin embargo, es totalmente artificial e insostenible a largo plazo. Así que a pesar de la bonanza parpadean las luces de alerta.
Una de las diversas fuentes que consultamos para este espacio es la Encuesta Citibanamex de Expectativas, de la cual se desprende que la mediana de los pronósticos de los expertos prevé un crecimiento del PIB del 3.4 por ciento para 2023, por encima del 3.3 estimado anteriormente. En cuanto a 2024, las perspectivas mejoraron del 2 al 2.1 por ciento.
De los 32 analistas consultados, la predicción más optimista para este año es la de Masari Casa de Bolsa, del 3.7 por ciento, y la más baja es de la asesora en inversiones Epicurus Investments, del 3 por ciento.
Para 2024, Masari Casa de Bolsa también figura como la institución más optimista sobre el PIB, con el 3.8 por ciento, mientras que la firma de análisis financiero y bursátil Signum Research presentó la estimación más baja, del 1.1 por ciento.
A su vez, el gobierno federal espera un crecimiento de entre el 2.5 y el 3.5 por ciento tanto para 2023 como para 2024.
Recientemente, la calificadora Moody’s también ajustó al alza sus expectativas de crecimiento de México al 3.5 por ciento en el presente año y 2.3 el próximo. Se trata de proyecciones muy optimistas para nuestra economía.
Los factores detrás del crecimiento
Con base en el análisis de Moody´s, este crecimiento ha sido impulsado principalmente por tres factores:
• La inversión, tanto nacional como extranjera, se ha incrementado en sectores como infraestructura, manufactura y servicios.
• La finalización de proyectos que habían sido retrasados o pospuestos en años anteriores está dando un empuje al crecimiento.
• El nearshoring, es decir, la relocalización de empresas extranjeras en México por su cercanía geográfica a su principal mercado, se ha acelerado en los últimos años. Se espera que esta tendencia continúe.
El sector manufacturero se ha visto particularmente beneficiado por la ola de nearshoring, con crecimiento de dos dígitos en los últimos trimestres. Sectores como el automotor, electrónico, de dispositivos médicos y aeroespacial han registrado fuertes incrementos en producción y exportaciones.
“La fuerte actividad económica ha sido impulsada, en parte, por una fuerte inversión, la finalización de proyectos inconclusos y el nearshoring. Esperamos que el crecimiento real del PIB de México en 2025 promedie un sólido 2.0-2.5 por ciento en la medida en que continúan cosechando los beneficios” de la relocalización de empresas, anotó la calificadora en un reporte de perspectivas.
Señales de alerta
A pesar del optimismo generalizado, se encienden las luces de alerta sobre la sostenibilidad del crecimiento mexicano.
Uno de los principales cuestionamientos es que gran parte del crecimiento se está financiando a través de un aumento del gasto público y el endeudamiento. Se estima que alrededor del 20 por ciento del presupuesto para 2024 provendrá de deuda, lo que implica un déficit fiscal sin precedentes.
Además, el crecimiento vía gasto público y deuda tiende a generar inflación y altas tasas de interés, como ya se está observando en México.
Otra señal de alerta es que históricamente los ciclos de auge suelen ser seguidos por desaceleraciones o recesiones. Por ello es muy probable que tanto México como Estados Unidos entren en recesión en los próximos años, cuando los efectos del gasto se disipen.
En Top Money Report creemos que esas cifras se ven muy bien en 2023 y 2024, pero es una bonanza prestada, artificial, obtenida a través del gasto público. Esta aparente prosperidad va a durar hasta las elecciones de 2024, y es inevitable que tanto México como EU entren en recesión, porque no se puede crecer indefinidamente a base de deuda.
Sin duda alguna, la política expansiva de los gobiernos estadounidense y mexicano va a resultar en más inflación, altas tasas de interés y un fuerte deterioro de las finanzas públicas. Están apostando todo a tener un buen desempeño económico en 2023 y 2024, años electorales, sin considerar las consecuencias en el mediano plazo.
En el caso de México, López Obrador le heredará a su sucesora una crisis y recesión, y desde hoy puede apostar a que más tarde dirá que nada tuvo que ver con ella.