En los mercados crece la preocupación por el impacto de las políticas de dinero fácil implementadas por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos durante ya más de una década y sobre todo tras la pandemia. Y es que cuando hay dinero “gratuito” disponible, las personas tienden a tomar decisiones irracionales. Y ésas son señales que no debemos ignorar.
A decir de destacados inversores y analistas, los recientes problemas en los bancos regionales y las dificultades financieras (quiebra) experimentadas por la empresa Bed Bath and Beyond son claros ejemplos de que los riesgos por esa situación están comenzando a emerger.
Categórico, el reconocido inversor y gestor de fondos de cobertura Stan Druckenmiller advirtió sobre las consecuencias de la política monetaria expansiva (o aumento de dólares en circulación) de la Fed, pues está permitiendo que “una generación de personas cometa errores estúpidos”. Es cierto.
El multimillonario financiero dijo que el connotado inversor y presidente de Berkshire Hathaway, Warren Buffett, tampoco tiene una visión optimista sobre el panorama económico de la Unión Americana.
Buffett vendió miles de millones de dólares en acciones durante el primer trimestre del año y advirtió que el “período increíble” para la economía estadounidense está llegando a su fin.
Otro tema preocupante es el riesgo soberano de Estados Unidos (que nunca había sido tan alto), debido a la debacle del techo de la deuda y la intransigencia de Washington, dos factores que podrían acarrear consecuencias significativas en los mercados financieros y en la economía en general, señaló Druckenmiller en una entrevista reciente.
El equipo de derivados de Bank of America (BofA) también expresó su inquietud por la aparente falta de preocupación ante la volatilidad de las acciones respecto a los riesgos macroeconómicos. El índice de volatilidad VIX continúa operando en niveles cercanos a los mínimos poscovid-19 –refirió–, lo que indica una disposición a ignorar esas amenazas.
Anote, amable lector, que la fuerte cifra de plazas laborales en Estados Unidos, reportada la semana pasada, con una tasa de desempleo que alcanzó mínimos de una década, también agrega riesgos y probablemente mantendrá a la Reserva Federal en espera por más tiempo.
Bank of America destacó que la baja volatilidad de las acciones, tanto implícita como realizada, es aún más notable considerando los riesgos obvios que la volatilidad de las acciones continúa subestimando en un grado cercano a los máximos históricos.
Le comento que entre esos riesgos se encuentran el techo de la deuda, la volatilidad de las tasas, una recesión y riesgos bancarios.
A pesar de estas preocupaciones planteadas por inversores y analistas, el mercado de valores se mantiene relativamente estable, en especial el índice Nasdaq y algunas de sus principales empresas, lo que nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿cuánto riesgo pueden ignorar las acciones antes de enfrentar una corrección o de plano un desplome hacia un mercado bajista (bear market)?
En este espacio insistimos en la recomendación de cautela a los inversionistas para que tomen, muy a tiempo aún, medidas para protegerse contra esa debacle.
Como dijo el inversor Stan Druckenmiller, “es ingenuo no estar abierto a que algo realmente malo suceda”. Por tanto, es importante que usted, amigo inversionista, se prepare para lo peor, justo cuando parece que “vamos para mejor”.