Consumo: creciendo, pero menos

El desempeño de una economía debe medirse en función del bienestar de las familias, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispongan. La cantidad debe ser suficiente, la calidad adecuada, la variedad conveniente.

La principal variable que influye en el bienestar de las familias es el consumo: disponer del satisfactor para satisfacer la necesidad. En una economía como la nuestra, basada en la división del trabajo, por la cual los bienes y servicios que necesitamos fueron producidos, y son ofrecidos, por alguien más, previo al consumo viene la compra: primero compramos los bienes y servicios que necesitamos y luego los consumimos. Es por ello que un buen indicador del consumo de las familias es el Consumo Privado en el Mercado Interno (CPMI), que “mide el comportamiento del gasto realizado por los hogares residentes del país en bienes y servicios de consumo, tanto de origen nacional como importado, excluidas las compras de viviendas u objetos valiosos”, según la definición del INEGI, que calcula y publica mensualmente el CPMI. Ya tenemos los datos para el pasado mes de noviembre. ¿Cómo nos fue?

En términos anuales (comparando noviembre de 2017 con noviembre de 2016), y desestacionalizados (eliminando los efectos calendario y estacionales, lo cual permite llevar a cabo una mejor comparación), en noviembre el CPMI creció 2.9 por ciento. ¿Bien o mal? Comparemos: un año antes, en noviembre del 2016, creció 3.2 por ciento. La buena noticia: el CPMI creció. La mala: menos que un año antes. Dicho de otra manera: en noviembre de 2017 el bienestar de las familias mexicanas aumentó (lo cual no quiere decir, ¡de ninguna manera!, que sea el adecuado: en muchos hogares el bienestar –la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios disponibles– deja mucho que desear), pero menos que en noviembre de 2016.

Entre enero y noviembre de 2016 el crecimiento promedio mensual de CPMI fue del 4.0 por ciento. Entre enero y noviembre de 2017 resultó 3.3. La buena noticia: el CPMI creció. La mala: menos que un año antes. ¿Cuál pudo haber sido la causa (o una de las causas) del menor crecimiento del CPMI? El repunte en la inflación o, dicho de otra manera, la mayor pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero. Entre enero y noviembre de 2016 la inflación fue 2.9 por ciento y el CPMI creció 4.0 por ciento. Un año después, a lo largo de los once primeros meses del 2017, la inflación resultó del 6.2 por ciento (113.8 por ciento mayor que un año antes), y el CPMI creció 3.3 puntos porcentuales (17.5 por ciento menos que un año antes).

Los repuntes en la inflación, al traducirse en un menor crecimiento en la compra de bienes y servicios, y por ello en un menor consumo, reducen el bienestar de las familias. Por eso es una buena noticia que en enero la inflación anual haya sido del 5.55 por ciento, menor que el 6.77 de diciembre.

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Arturo Damm Arnal

Estudié economía, filosofía y derecho. Liberal. Profesor universitario. Periodista. Conferencista. Colaborador de @LaRazon_mx y @adn40 .