Los inversores occidentales –por desgracia– parecen relativamente desinteresados en el oro, hoy que la demanda en Asia y los mercados emergentes sigue siendo el bastión de los precios del metal áureo, pero ¿Cuál es la verdadera razón detrás de tales adquisiciones, que –por cierto– han coincidido con un impulso a la compra de yuanes y un alza del metal?
Al respecto, un informe reciente del banco de inversión canadiense TD Securities revela que en la última semana los operadores chinos compraron unas 17.5 toneladas de oro, destacando una vez más la fortaleza de la demanda en la región.
Y en una entrevista con el medio especializado en metales preciosos Kitco News, Daniel Ghali, estratega senior de materias primas de TD Securities, compartió que aunque la razón exacta detrás de esas adquisiciones aún no está clara, se alinearon con un empuje de compra en la divisa del gigante asiático.
En efecto, el Banco Popular de China optó por vender dólares estadounidenses y comprar yuanes, lo que sugiere una correlación interesante con las adquisiciones de oro por parte de inversores chinos.
Cualesquiera que sean sus intenciones, lo evidente es que los operadores asiáticos continúan aumentando sus tenencias del rey de los metales, prolongando un período de acumulación masiva incluso cuando el yuan detiene su apreciación.
Tan inesperada demanda ha sido uno de los factores clave detrás de las ganancias superiores del oro, en especial dados los desafíos que enfrenta el dólar estadounidense y los rendimientos de los bonos de Tesoro (que vienen a la baja).
Al compartir sus expectativas sobre el precio del oro, Ghali estima que a corto plazo podría corregir por debajo de los 2,000 dólares la onza, pero a largo plazo mantiene una perspectiva en extremo alcista, pues anticipa que alcanzará nuevos niveles récord en la primera mitad del año próximo, pronóstico con el que coincidimos en Top Money Report.
Aunque en apariencia resulta paradójico, desde su punto de vista el catalizador que podría impulsar los precios del oro a nuevos máximos sería ahora la demanda pero desde occidente, que se ha mantenido rezagada.
Esto ocurrirá cuando Estados Unidos comience a entrar en recesión, algo que podría suceder en la primera mitad de 2024, y que obligaría a la Reserva Federal (Fed) a realizar recortes agresivos en las tasas de interés.
La fiebre del oro en China es imparable
Como puede verse, mientras que en occidente la atención hacia el oro es discreta, en China ha sido nada menos que “robusta”, como reporta el diario oficialista China Daily, pues la creciente incertidumbre económica y geopolítica ha llevado a los inversores domésticos a buscar activos refugio, siendo el rey de los metales su elección preferida.
Así, China se posiciona como el mercado de oro más grande del planeta. Tan sólo en el tercer trimestre, la demanda de lingotes y monedas sumó 82 toneladas, una impresionante alza del 16 por ciento interanual y la más fuerte inversión en la materia desde 2018.
Wang Lixin, CEO del Consejo Mundial del Oro, atribuye ese crecimiento a la demanda de refugio impulsada por la inestabilidad geopolítica mundial y el bajo rendimiento de los productos de inversión denominados en yuanes.
Ahí, un catalizador clave ha sido la sustancial compra de oro por parte del banco central chino, que desde inicios del año aumentó sus existencias en 181 toneladas, llegando a 2,192 a finales de septiembre, que representan el 4 por ciento de sus reservas totales.
El oro, pilar estratégico
Esta tendencia, lejos de ser efímera, tiene un claro trasfondo: el oro sigue consolidándose como activo fundamental, incluso en medio de los desafíos económicos que enfrenta China.
La acumulación masiva de oro por parte de ciudadanos y gobierno chinos, en medio de crisis económicas, subraya la percepción del metal precioso como la columna vertebral confiable de las inversiones a largo plazo.
También nos demuestra que la estrategia de acumular reservas de oro como salvaguarda en tiempos turbulentos continúa siendo una práctica sustentada por la realidad económica y que todo inversor inteligente debe replicar.