A diferencia del banco central estadounidense, el Banco de México (Banxico) sí da pistas de que la subida de precios y las altas tasas de interés permanecerán por un largo tiempo entre nosotros, así que la política monetaria tendrá que mantenerse en terreno restrictivo hasta lograr la convergencia de la inflación a la meta puntual del 3 por ciento. Esto se conseguirá tarde o temprano, pero no será pronto.
Así se lee en las minutas de la reunión más reciente de la Junta de Gobierno del Banxico, donde uno de los temas recurrentes –durante las discusiones en esa sesión– fue la necesidad de mayor claridad en la comunicación de la política monetaria de nuestro banco central, pero cuando llegó el momento de votar, la subgobernadora Irene Espinosa se declaró en desacuerdo.
Espinosa Castellano criticó que el comunicado emitido el 30 de marzo no fue completo y tuvo una visión muy corta. Y para que se dé una mejor idea, le comparto la cita textual:
“La guía futura del presente comunicado se limita únicamente a la próxima decisión y omite comunicar que anticipamos que la postura monetaria tenga que mantenerse en terreno restrictivo durante dos años para lograr la convergencia de la inflación a la meta puntual del 3 por ciento. Con ello refuerza una visión de muy corto plazo, necesariamente parcial e incompleta, que no cumple con el objetivo de coadyuvar a la formación de expectativas para el horizonte en el que opera la política monetaria”.
A pesar de que algunos precios han comenzado a moderarse, el panorama inflacionario sigue siendo complejo e incierto, según los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico. Es por ello que la próxima decisión de política monetaria, que se anunciará el 18 de mayo, se tomará en función del panorama inflacionario y el nivel de postura ya alcanzado.
El banco central mexicano anunció una nueva subida de 25 puntos base a la tasa de referencia el 30 de marzo pasado, ubicándose en 11.25 por ciento. Y aunque la inflación general en ese mismo periodo disminuyó por segundo mes consecutivo, se mantiene muy por encima de la meta oficial del 3 por ciento +/- un punto porcentual.
De hecho, el consenso de los analistas ha advertido que los precios de los servicios, que sufrieron un alza cercana al 8 por ciento, son motivo de preocupación para el Banxico, ya que no muestran signos de moderación. Y en las minutas se destaca, incluso, que la inseguridad ha provocado aumentos en los precios de los canales de distribución de mercancías, lo que podría agravar aún más la situación inflacionaria.
Si comparamos esta comunicación del Banxico con las minutas de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos de la semana pasada, nos damos cuenta de que sus tomadores de decisiones no son tan claros con su “forward guidance” (o la orientación futura de su política monetaria).
Para los miembros de la Fed –a decir también en su reporte– es probable que los recientes acontecimientos en el sector bancario se traduzcan en un endurecimiento de las condiciones crediticias para los hogares y las empresas, y que afecten la actividad económica, la contratación y la inflación, aunque coincidieron en que el alcance de los efectos era incierto, por lo que seguirán muy atentos a los riesgos de inflación.
En este sentido, aquí le adelantamos que es casi un hecho que en su próxima decisión de política monetaria, la Fed anunciará una nueva alza de 25 puntos base.
John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y vicepresidente del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), declaró hace unos días que una subida más a la tasa de referencia, seguida de una pausa, era un punto de partida razonable para el debate de cara a la reunión del 2 y 3 de mayo.
El funcionario dijo confiar en que las peores tensiones bancarias hayan quedado atrás, y que aún no haya indicios de una crisis crediticia más amplia.
Como quiera que sea, lo que no está tan claro –dada el alza de mayo– es lo que pasará después, ya que el consenso de los analistas pronostica (o, mejor dicho, DESEA) no sólo que lleguen a término las subidas de tipos de interés, sino que comience un ciclo bajista a finales de 2023.
Pese a tales deseos, lo cierto es que el lenguaje de las minutas de la Fed ha sido más ambiguo que el del Banxico, que –como observamos– hace visible que las tasas, aunque no subieran más, se mantendrán elevadas en los niveles actuales por largo rato.
La moneda sigue en el aire
En suma, gracias al Banxico en este espacio vaticinamos lo que ocurrirá también en la economía y el mercado más importante del planeta: la Fed sí detendrá su alza de tasas, pero las bajará hasta que una recesión golpee lo suficientemente fuerte como para “romperle la espalda” a la inflación en Estados Unidos.
La mala noticia es que los inversores están ansiosos por ver recortes a las tasas pero que no llegarán pronto, y para cuando se den cuenta, los mercados de riesgo habrán sufrido descalabros bastante fuertes, que a muchos tomarán por sorpresa.