Sabemos que las acciones, los bonos y los bienes raíces son algunas de las opciones más comunes en el mundo de las inversiones, y que la diversificación –siempre y cuando se haga con los activos correctos– es clave para mitigar riesgos y maximizar ganancias. Sin embargo, hay alternativas a menudo más sofisticadas, que van más allá de lo ordinario, sin dejar de ser potencialmente muy lucrativas: son los activos no convencionales. La pregunta es si son para todos, y la respuesta contundente es no. ¡Cuidado!
Pero vayamos por partes. Los activos de inversión no convencionales son todos aquellos instrumentos financieros nuevos como las criptomonedas o bien toda clase de activos no financieros como las obras de arte, relojes de lujo, artículos coleccionables, bolsos para dama de marcas exclusivas y calzado deportivo (sneakers), que conservan su valor o lo incrementan con el tiempo, que es precisamente lo que los vuelve atractivos para una cartera diversificada que ya cuente con una amplia y sólida base de activos financieros.
El detalle es que en especial con los activos no financieros se requiere de conocimientos especializados previos… y algo más. Entrar en ellos, sin saber lo que se está comprando, puede resultar en grandes pérdidas. Por eso no son para todos.
Ahora bien, ¿qué tan relevantes son ese tipo de activos? Bastante, y el interés por ellos viene creciendo.
En los últimos años, las obras de arte han ganado reconocimiento como una clase de activos de inversión viables, pues el valor de piezas que son únicas y significativas puede aumentar, en especial si su creador adquiere mayor notoriedad o se convierte en una figura influyente.
De acuerdo con el banco japonés Nomura, el precio del arte contemporáneo ha demostrado una tasa de apreciación anualizada del 14 por ciento desde 1995 hasta 2020, y esto lo hace atractivo para que sea incluido en la cartera de un inversor sofisticado.
A su vez, los artículos coleccionables (como sellos, monedas, relojes de lujo, autos antiguos y otros objetos raros) pueden brindarnos una combinación única de pasión personal y potencial de inversión. Claro está que la relativa escasez de ese tipo de piezas, que va en función de su demanda, es el factor clave en la determinación de su valor. ¡Y justo por eso no se debe invertir en ellos sin conocimiento o la asesoría profesional previa!
Por otra parte, un reporte de HSBC destaca que –en términos de potencial– hoy por hoy hay bolsos de dama que superan al arte, a los autos clásicos y los whiskies raros, pues algunas marcas colectivamente han experimentado incrementos de valoración promedio del 83 por ciento en los últimos 10 años. En comparación, los libros de primera edición han aumentado un 42 por ciento.
Los relojes de lujo de las tres principales marcas consideradas como “de inversión” (Patek Philippe, Audemars Piguet y Rolex) han elevado su valor en un 100, 65 y 40 por ciento en los últimos tres años, de acuerdo con WatchCharts.com.
Asimismo, según un informe de Art Market Research (AMR), que sigue la evolución del mercado mundial del arte y otros sectores, más de 3,500 bolsos de diseñador se vendieron en subastas en 2019, acumulando la increíble cifra de 34 millones de dólares.
El coleccionismo de monedas no se queda atrás, pues ha experimentado un crecimiento tremendo desde el comienzo de la pandemia, tanto en términos de ventas como de precios.
Por ejemplo, una Double Eagle de oro de 1933 (estadounidense) se vendió por 18.9 millones de dólares en Sotheby’s en 2022, y la casa de subastas dijo que ese precio casi duplicaba el récord mundial de una pieza semejante.
El vino y el whisky de calidad también se han convertido en opciones interesantes para los inversores sofisticados, debido a que son bebidas alcohólicas que llegan a mejorar con el paso del tiempo y a que su valor puede aumentar conforme se vuelven más escasas.
Pero, como le digo, igual ocurre con artículos como sneakers y tarjetas deportivas. De acuerdo con la plataforma global de compraventa en línea StockX, el 80 por ciento de los tenis Jordan lanzados antes de 2021 han ganado valor de reventa en los últimos 12 meses, mientras que estampas coleccionables de futbol americano (de la NFL) cotizan arriba de 300 dólares y algunas más de ese y otros deportes hasta en varias decenas de miles de dólares.
Ciertamente, se trata de ganancias apetecibles. ¿Pero qué se requiere para apostar por los activos no convencionales sin perder una fortuna en el intento?
Justo aquí entra la razón por la que no son para todos:
Los activos no convencionales son una opción indispensable, en especial para aquellos inversores de altos patrimonios, que cuentan con amplias inversiones productivas en empresas o negocios y una sólida cartera de activos financieros tradicionales como oro físico, acciones, bonos, divisas, fondos cotizados en Bolsa (ETFs), etcétera.
Se necesita, pues, un capital alto, un amplio horizonte temporal (visión de largo plazo), gran tolerancia al riesgo y, tal vez lo más importante, un conocimiento profundo del mercado en el que se invierte para saber qué modelos, marcas, autores, artistas, etc., son los indicados. Si usted no entra en esta categoría, quizá le convenga más concentrarse –de momento– en crecer antes de ascender a un nivel más “exótico” de inversión.