Regla no escrita del mercado bursátil (compra y venta de acciones): malas noticias, vende tus acciones, lo cual aumenta su oferta y, si no hay un aumento equivalente en la demanda, baja el precio de las mismas y, por ello, el índice bursátil. El lunes el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores bajó 6.51%, la mayor baja en lo que va del año. La anterior, de 2.25%, fue el 3 de enero y la baja promedio en lo que iba del año hasta el pasado viernes fue 0.61%. La baja del lunes fue 5.9 puntos porcentuales mayor que dicho promedio, el 967.21%, y se alcanzó el mínimo anual en 51,807.55 unidades.
Regla no escrita del mercado cambiario (compra y venta de dólares): malas noticias, compra dólares, lo cual incrementa su demanda y, si no hay un incremento proporcional en la oferta, aumenta el tipo de cambio, se deprecia el peso frente al dólar. El lunes el tipo de cambio se depreció 3.62%, la mayor depreciación en lo que va del año. La anterior, de 2.06%, fue el 16 de abril y la depreciación promedio en lo que iba del año hasta el viernes pasado fue de 0.46%. La depreciación del lunes fue 3.16 puntos porcentuales mayor que dicho promedio, el 686.96%, y se obtuvo el máximo anual en $17.63 por dólar.
¿Cuál fue la mala noticia que ocasionó le caída en el mercado bursátil y la depreciación en el cambiario? No tanto el triunfo de Claudia Sheinbaum sino el que Morena consiguiera la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, lo cual le da el poder para modificar la Constitución a su antojo y para que AMLO, en septiembre, el último mes de su gobierno, pueda hacer realidad el paquete de 18 reformas constitucionales que propuso en febrero, y que fueron rechazadas, entre las que se encuentran la reducción del número miembros del Congreso, la desaparición se siete organismo autónomos, y la elección, por medio del voto popular, de jueces, ministros y magistrados, todo lo cual concentraría más el poder en el Ejecutivo Federal.
Después del “tropezón” del lunes en materia bursátil y cambiara, ¿qué pasó martes y miércoles?
El martes, en el clásico rebote (después de una fuerte caída viene una fuerte alza), el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores subió 3.14%, la mayor alza en lo que va del año. La anterior se dio el 20 de marzo y fue de 1.89%. El alza promedio en lo que iba del año hasta el pasado viernes fue 0.57%. El alza del martes fue 2.57 puntos porcentuales mayor que dicho promedio, el 450.88%. Por su parte el tipo de cambio volvió a aumentar y el peso tuvo una depreciación frente al dólar de 1.29%, ubicándose el tipo de cambio en 17.86 pesos por dólar, un nuevo máximo anual.
Ayer miércoles el Índice de Precios y Cotizaciones de la bolsa de valores ganó 1.70%, sumando, después del “tropezón” del lunes, dos jornadas consecutivas al alza y hoy jueves tendría que ganar 1.014129% para recuperar el nivel que tuvo el viernes pasado. Por su lado el tipo de cambio se apreció 0.02% y hoy tendría que apreciarse 0.969161% para volver al nivel del viernes pasado.
Hasta ayer, después de la elección, la caída de la bolsa de valores duró un día y la depreciación del peso frente al dólar dos. ¿Hasta qué punto el comportamiento del tipo de cambio y del índice bursátil son las variables adecuadas para medir la desconfianza de los agentes económicos ante el triunfo de Morena?
¿Por qué es importante el estado de ánimo (el espíritu animal del que hablo Keynes), de los empresarios, nacionales y extranjeros, para la economía en general y para el bienestar en particular? Porque de ello dependen las inversiones directas y todo lo que depende de estas.
Las inversiones directas son las que se destinan a producir bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades y con la que se mide el crecimiento de la economía; a crear empleos, porque para producir alguien debe trabajar; a generar ingresos, porque a quien trabaja se le paga por hacerlo; empleos e ingresos que, si el bienestar ha de ser producto de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, son condiciones para conseguirlo. Todo esto depende de las inversiones directas, que dependen de la confianza que los empresarios.
¿Cómo saber cómo afectó el triunfo de Morena, sobre todo la posibilidad de lograr la mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso de la Unión (habrá que ver qué pasa con el asunto de la sobrerrepresentación, lo que sabremos hasta finales de agosto), a la confianza de los empresarios para invertir directamente?
En primer lugar por el Indicador de Confianza Empresarial del INEGI, cuya próxima publicación, con los datos para junio, aparecerá el 1 de julio, confianza empresarial que en mayo, en escala de 0 (total desconfianza) a 100 (total confianza), para invertir directamente, se ubicó en 39.95 puntos, más cerca del 0 que del 100: enero, 43.08; febrero, 40.40; marzo, 42.35; abril, 40.55; mayo, 39.95. Promedio enero – mayo: 41.27 puntos, muy bajo.
En segundo lugar, más importante que el Indicador de Confianza Empresarial, por la inversión fija bruta, que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, y que proporciona la infraestructura física para llevar a cabo la producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos, por lo que es un buen indicador del comportamiento de la inversión directa, misma que, en términos anuales, ha venido creciendo cada vez menos. En promedio mensual, en el último trimestre de 2023, creció 17.90%: octubre, 22.1%; noviembre, 17.8%; diciembre, 13.8%. Durante el primero del 2024 creció 11.67%: enero, 13.0%; febrero, 11.1%; marzo, 10.9%. Será hasta el 3 de septiembre cuando el INEGI publique los datos de la inversión fija bruta para junio, por lo que será hasta entonces cuando sepamos, con más certeza, cómo afectó el triunfo de Morena la confianza empresarial, sobre todo para invertir directamente en el país.
El lunes 3, con los resultados preliminares de la elección, con el contundente triunfo de Morena, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores registró la mayor pérdida del año, 6.5%, alcanzándose el mínimo anual, al tiempo que el peso se depreció 3.1% frente al dólar, la mayor depreciación del año, alcanzándose el máximo anual, comportamientos que mostraron la reacción de quienes, en el mercado accionario y cambiario, especulan con el precio de las acciones y el tipo de cambio, no la confianza de los empresarios para invertir directamente en el país, que es lo más importante, por todo lo que depende de las inversiones directas: producción de bienes y servicios, creación de empleos, generación de ingresos, bienestar.
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