El gobierno anuncio que Pemex en 2023 tuvo ganancias por 110,000 millones de pesos, pero al analizar sus estados financieros nos dimos cuenta de que esas ganancias son falsas, pues no toman en cuenta los subsidios que recibe del gobierno.
En 2023 Pemex necesitó subsidios para hacer frente a sus altos costos de operación por 869 mil millones de pesos.
Si no incluimos esos subsidios en sus resultados tuvo una ganancia de 110 mil millones en 2023, pero si los incluimos sufrió una pérdida neta por 759 millones, cantidad mayor que la ejercida por el ISSSTE o la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
En Texas hay compañías petroleras que vendieron al público en 2023 gasolina de mayor calidad a un precio 24% menor al del monopolio estatal mexicano.
Una de las causas es que los consumidores en EUA tienen alternativas de a qué empresas comprar la gasolina, en México no hay opciones.
O compran gasolina de Pemex o compran gasolina de Pemex, ya sea en sus gasolineras o en otras gasolineras que ostentan diferente nombre, pero compran la gasolina a Pemex, que es el único vendedor de gasolina al mayoreo en México.
Los gobernantes de izquierda manejan el mito que la gasolina es del pueblo, y hay quienes se la creen. Vaya a una gasolinera y dígales que es parte del pueblo y pídales le den unos litros gratis, y se reirán a su costa.
Pemex no es del pueblo, es de los directivos burócratas que designa el presidente, conozca o no sobre la extracción, refinación o distribución del petróleo.
Pemex no es una ayuda para la economía. Tiene el mayor monto de gastos sin destino claro, como lo señaló la Auditoría Superior de la Federación.
Pemex y la CFE no ayudan a la economía del país, la debilitan con sus pérdidas, corrupción, desvíos y mal servicio, pero hacen ricos a varios de sus altos directivos y a algunos de sus proveedores, que reciben dinero de ellos, por pagarles por sus productos o servicios, precios superiores a los que existen en el mercado.
Si alguien habla de que la solución es privatizar Pemex y que exista competencia se “rasgan las vestiduras” como lo fariseos, y proclaman que la privatización va contra la independencia y la seguridad nacional, y califican a quienes pedimos la privatización de los monopolios petroleros y eléctricos, y promover la competencia.
En Estados Unidos los múltiples productores y distribuidores privados de gasolinas y electricidad, compiten para dar un mejor servicio y precios a los consumidores para atraer clientes y no por ello han perdido autonomía.
En México, debido a los ineficientes monopolios estatales de electricidad y gasolinas, tenemos que importar gasolinas y electricidad de Estados Unidos.