Tras un par de semanas de debate sobre si debía o no elevar las tasas de interés en medio de una crisis bancaria, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed estadounidense, anunció una subida de 25 puntos base del tipo de los fondos federales, hasta un rango del 4.75 al 5 por ciento. Pero lo interesante viene dentro del comunicado mismo…
“El sistema bancario estadounidense es sólido y resistente”, se lee en el documento, aunque advierte que “es probable que los recientes acontecimientos den lugar a un endurecimiento de las condiciones crediticias para los hogares y las empresas, y que pesen sobre la actividad económica, la contratación y la inflación”.
Al respecto, ese comité admite que “el alcance de estos efectos es incierto”.
No menciona que la inflación hubiera disminuido, pero sí advierte que las presiones sobre los precios seguían siendo elevadas, y asegura que el aumento del empleo “se estaba produciendo a un ritmo robusto”.
El FOMC tampoco hace referencia a la guerra entre Rusia y Ucrania, a la que sí aludió en su anterior comunicado.
Acerca de su futura orientación ya no dice que “sería apropiado seguir aumentando el rango objetivo” de tasas de interés, sino que ahora “podría ser apropiado un endurecimiento adicional de la política”. Y aunque esto sí apunta a condiciones monetarias más apretadas, es un mensaje bastante menos riguroso que en sus declaraciones precedentes, una señal de que el ciclo de subidas está llegando a su fin… por ahora.
En esto último concuerdan analistas como Jamie Cox, socio director de Harris Financial Group, quien considera que el final de ese ciclo está ya a la vista, pues la Fed que preside Jerome Powell está tratando de navegar por el estrechísimo camino entre derrotar a la inflación y destruir la economía con alzas de tipos contundentes, y sabe que esto entraña un riesgo muy real.
Joe Gilbert, gestor de carteras de Integrity Asset Management, opina que Powell está tratando de tener las dos cosas. Es decir que ésta puede ser la última subida de tipos de este año, pero el funcionario tiene que hacer creer al mercado que no es así, porque eso relajaría demasiado las condiciones financieras.
Quien también atrajo los reflectores fue la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien tiró los mercados al decir que no está sobre la mesa ampliar de manera generalizada las medidas excepcionales implementadas en la intervención del Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank, que permitieron garantizar el 100 por ciento del dinero depositado por los clientes.
La invocación a la excepción por riesgo sistémico únicamente corresponde –”caso por caso”– cuando la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), la Fed y el Tesoro consideren que la quiebra de una institución financiera puede suponer un riesgo de contagio y provocar pánico bancario, aclara la funcionaria, quien asegura que no ha contemplado ni discutido nada que tenga que ver con un seguro general o la garantía de todos los depósitos.
“Quedar bien” al final siempre termina enfadando a todos
La Fed quiso esta semana sonar “dura” contra la inflación pero al mismo tiempo suave hacia delante para no debilitar más a los bancos con más alzas de tasas.
No contaba, sin embargo, con que las declaraciones de la secretaria del Tesoro se robarían el protagonismo de su “día Fed”, y tumbarían los mercados financieros con una simple declaración que alude a lo obvio: no hay dinero que alcance para respaldar todos los depósitos de la banca que opera fraudulentamente bajo el sistema de reserva fraccionaria.
Bajo dicho sistema, los bancos sólo tienen en reserva siempre una parte minoritaria de los depósitos que adeudan a sus clientes.
No se sorprenda entonces que las presiones y pánico seguirán afectando a los bancos alrededor del mundo, una crisis que sólo es la punta del iceberg del colapso que viene y que condenará al ciudadano “de a pie” a vivir con elevada inflación el resto de la década ante la imposibilidad de los bancos centrales de seguir siendo más duros contra la inflación.
De las dos opciones, dejar hundir a los influyentes banqueros o socializar más las pérdidas con inflación para todos, por desgracia, siempre elegirán salvar a los amigos que forman parte de su fraudulento sistema monetario y sacrificar a todos los demás. RIP el poder de compra del dinero fíat.