Si la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos sube esta semana otra vez sus tasas de interés en 25 puntos base, podría verse como un error político que termine por provocar una debacle bancaria y bursátil. En cambio, si ese banco central mantiene sin cambios los tipos de interés sugeriría que no cree en su propia retórica sobre la solidez del sistema bancario ni en su obligación de combatir la inflación. Se lo decía ya en el artículo anterior: la Fed está entre la espada y la pared.
Precisamente mañana (miércoles 22 de marzo de 2023), el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) se reunirá para discutir si eleva la tasa de referencia, tal como lo venía haciendo desde el año pasado, o si hará una pausa en ese proceso luego de las quiebras bancarias recién ocurridas y que comenzaron con el Silicon Valley Bank.
Y los últimos acontecimientos, como la ruina del banco Credit Suisse, confirman que todo lo que hace la Fed tiene consecuencias en el mundo entero.
Algunos estrategas prevén que la Fed hará una pausa en su ritmo de alzas de tasas, algo que no es de extrañar, dice Jan Hatzius, economista en jefe de Goldman Sachs, debido a que el banco central está ampliando sus facilidades de canje de dólares (swaps) de operaciones semanales a transacciones diarias a fin de inundar al sistema con dólares.
Si bien la Reserva Federal ha respondido agresivamente para apuntalar al sistema financiero –señala Hatzius–, los mercados parecen no estar completamente convencidos de que los esfuerzos para apoyar a los bancos serán suficientes. Por tanto, la Fed tendrá en mente que la crisis bancaria sigue siendo la preocupación más inmediata por ahora, más que la inflación del 6 por ciento en EU, un nivel del triple de su objetivo del 2 por ciento anual.
En este sentido, el muy influyente banco Goldman Sachs pronostica también que la Fed hará una pausa en los incrementos a las tasas de interés en la reunión de este mes y volverá a la carga en mayo, junio y julio, con alzas del orden de 25 puntos base en cada junta.
Pero hay un problema con tal previsión, pues –a decir de otros analistas– una vez que la Fed haga una pausa, se acabó, ya que la psicología deflacionista se apoderará de ella y a los pocos meses procederá a recortar las tasas, o al menos esa sería la predicción del mercado.
Steven Blitz, economista en jefe de TS Lombard, comenta que la decisión de subir la tasa de referencia en 25 puntos base este miércoles no es fácil, dados los acontecimientos recientes, pero asevera que la Fed que preside Jerome Powell sí debería incrementarla. Y estamos de acuerdo.
El estratega explica que la Fed siempre ha sido temerosa de las consecuencias de sus acciones, y al no aumentar la tasa de interés también confirmará el miedo del mercado a un colapso bancario cada vez mayor, como en 2008, y lo que se revelaría con el tiempo no es un sistema bancario débil, sino problemas en el sector tecnológico que repercuten en algunas partes del sistema financiero.
Argumenta que gran parte del mundo ha invertido en la industria tecnológica estadounidense, lo que hace que su impacto sea global.
La tecnología no es tan grande como la vivienda, ni tan apalancada, pero lo que tiene en común con esta última es que ha sido el sector de este ciclo que se ha visto distorsionado por el flujo de dinero fácil desde que terminó la recesión de 2009.
Blitz asegura que la economía se dirige hacia la recesión, y la crisis crediticia ha acelerado el ritmo, pues la actual racha de problemas con los bancos le plantea a Powell su “momento Volcker” (en alusión al presidente de la Fed que en los años ochenta del siglo pasado disparó las tasas para aplastar a la inflación en Estados Unidos): cumplir la promesa de situar el crecimiento por debajo de la tendencia y aumentar el desempleo, o dar marcha atrás a las primeras de cambio.
Así que haga lo que haga la Fed será visto como un error: si ésta sube las tasas de interés –en línea con el consenso de los economistas– podría verse como un equívoco político al ignorar las tensiones bancarias y financieras, centrándose en la única aguja inflacionista de su brújula política, y si las mantiene podría sugerir que no cree en su propia retórica sobre la fortaleza del sistema bancario.
En este espacio pensamos que Jerome Powell DEBERÍA mostrar fortaleza, liderazgo y mano dura contra el alza de precios elevando más aún los tipos de interés.
Sí: es posible que las bolsas de valores, los bancos y los activos de riesgo colapsen, pero es parte de la “amarga medicina” que hay que tomar por los propios errores de la Fed que inflaron la burbuja de activos y de precios, en primer lugar por su política de tasas en cero e inyección masiva de dólares tras la pandemia.
El banco central que emite los dólares no puede cantar victoria contra la inflación, y tiene los mecanismos para brindar liquidez en conjunto con otros bancos centrales a fin de aliviar el estrés bancario.
Cuando hay que elegir entre dos males o errores se debe optar por el que cause el menor de los daños. Estamos a unas horas de saber si la Fed decidirá bien.